El texto que encabeza las fotografías de las cruces no es otro que el de la traducción del latín del texto de Tomás de Celano escrito como himno para la Misa de requiem. Mozart, entre otros compositores lo puso música. Otros lo han cantado.
Y si Alonso Quijano vio gigantes en vez de molinos, yo, Quijana de pro, veo cruces en vez de salidas de humo de la autopista de la Coruña, a la altura del puerto de los Leones. E imagino esas cenizas de ese día, directas o metafóricas. E imagino que, o retrocedemos ya o nos quemamos. Y vayan pensando que Cristo no será precisamente quien nos salve. Y que el juez que juzgue todo estrictamente será severo. Y que la condena ira más allá del infierno.
Elijan ahora, mientras, el Dies Irae que prefieran. Otro como Mozart tardará en llegar.
Dies Irae, Mozart - Requiem - Version de String Quartet
Me piensas con tu boca y con tu sexo, esos dos silogismos refutables, esos dioses borrachos que han perdido la pizarra o azar donde escribirme.
Jesús Aguado, de su poema Lección de Metafísica
¿Y si digo que esta pareja estaba enfrascada? Pues sí, en una discusión, en la calle, una discusión sobre el habla del gallego. Una discusión reposadísima. ¿Y si digo que esta pareja se quiere? Pues sí, y mucho. ¿Y si les digo que a esta pareja les gusta el vino? Pues sí, pero prefieren el bueno, aunque no le hacen asco al de frasca. Enfrascados en un buen vino también estaban. ¿Y si les digo que a esta pareja les gusta el flamenco? Pues sí, los conozco. Ella probó el fuego flamenco y él lo baila. Que disfrutéis, majos.
Tres en uno, numéricamente, 3 en 1. Siempre las neuronas nos llevarán a ese bendito aerosol que hace del óxido una bandeja de mantequilla. Técnicamente hablamos de lubricante. No exponer al sol dice la letra trasera de estos botes tipo spay.
¿Y estos dos insectos? ¿Claro? Dos en uno, sin lubricante, sin perfume arrebatador, con el simple romero como apoyo, sin pudor. Me fui y allí seguían. 'Que nadie sale quemado, que nadie sale cortado si el corazón no se entrega.' Eso no lo digo yo, lo dicen los Epliego en su hermosa y vital canción que propongo como escucha. Creo que los insectos no tienen corazón; algunos de ellos ven con los ojos verdes, aunque el placer los suele entornar.
Cortés de amor, Espliego, de su disco Cortes de amor.
Las flores del mal (Charles Baudelaire, versión de Antonio Martínez Sarrión, Ed. Alianza)
Me gusta el vino. Mucho. Soy de su tierra. Pareciera que Pozoamargo, Cuenca, no pegase para el nombre de un pueblo que tiene bastante dedicación por la viña. Pero Pozoamargo existe; su vino también. Dentro de una copa de vino casi siempre acaba saliendo una lengua, un brillo carmesí y un reflejo donde el mundo se acaba convirtiendo en luz y alimento. ¡Cómo no amar el vino! Amar el vino y dejarse caer en la simbiosis de su perfil oculto.
Ya lo dice Arnaldo Antunes en su canción: las cosas no tienen paz. Y ahí lo tienen, la nieve recién caída. Y nos creemos que la nieve va a quedarse así de dichosa y de blanca; y así de inmaculada. De eso nada (monada, dirá alguién). La nieve es lo que menos paz tiene. Y eso se nota por las huellas de los animales que no miran por donde pisan. Pero lo que no saben ellos es la capacidad delatora de la nieve. Y la carencia de paz también se notaría si sobre ella dos amantes se revolcasen, fundición creo que se llama, ¿no? Pues al grano, que la nieve no tiene paz y que, al menos siempre tiene un doble calado. Os dejo ese jaicú, como dice un amigo mío, que él escribe de oído y que aunque los japoneses digan haikú, él a lo Juan Ramón Jiménez: reivindicación del sonido (¡y qué razón tenía!, ¿lo cojen?).
Ha amanecido... la nieve habla por ellos amantes, huellas...
Ha amanecido... la nieve habla por ellos amantes, huellas...
As Coisas Arnaldo Antunes Composição: Arnaldo Antunes e Gilberto Gil
As coisas têm peso, massa, volume, tamanho, tempo, forma, cor, posição, textura, du-ração, densidade, cheiro, valor, consistência, pro-fundi-dade, contorno, temperatura, função, aparência, preço, des-tino, idade, sentido. As coisas não têm paz.
Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía, soñaba con mis amores que en mis brazos los tenía. Vi entrar señora tan blanca muy más que la nieve fría. -¿Por dónde has entrado, amor? ¿Como has entrado, mi vida? Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. -No soy el amor, amante; la Muerte que Dios te envía. -¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día! -Un día no puede ser, una hora tienes de vida. Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía; ya se va para la calle, en donde su amor vivía. -¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña! -¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida? Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida. -Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida; la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería. -Vete bajo la ventana donde labraba y cosía, te echaré cordón de seda para que subas arriba, y si el cordón no alcanzare mis trenzas añadiría. La fina seda se rompe; la Muerte que allí venía: -Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.
Mala suerte es disponer de una sóla hora para amar, como así le sucede al enamorado que al escalar se rompe y muere. De esta celosía me inquieta la ruptura de las puntas de los cuatro copos de abajo. Porque para mí es una celosía de nieve, con todas sus estrellas. Mirar y no ser visto, no ver quien te confiesa con los ojos me revuelve. Pero ese punto cotilla que engendran estas puertas tan comunes en Oporto me lleva a averiguar los intersticios de la entrada de la casa abandonada. Pienso muchas veces en esa celosía que hay tras el amor, lo que el emamorad@ ve sobre los demás y lo que los demás no ven.
Hallarse demorada en el río del noviembre que empuja el otoño hacia el invierno tiene la ventaja de dejarse arrastrar por la corriente. Vengo aquí, a este preci/o/so lugar, a verme distorsionada. Los espejos siempre tienen una parte canalla que te muerde hasta la rabia: fractura para ellos es mi deseo. Me tengo bien vista , a través y frente al espejo. Ahora no quiero ni depilarme las ideas, que las cejas naden cual barcas a la deriva, que mi miopía haga claro lo que las manos toquen y que el río me nade hasta reventarme de música, o de nieve, por poner dos ejemplos de frutos deseados. Un meteorito me ha derribado en esta estación de las hojas convulsas.
Jardin D'hiver
Stacey Kent
Je voudrais du soleil vert Des dentelles et des théières Des photos de bord de mer Dans mon jardin d'hiver
Je voudrais de la lumière Comme au Nouvelle Angleterre Je veux changer d'atmosphère Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du Fred Astaire Revoir un Latécoère Je voudrais toujours te plaire Dans mon jardin d'hiver
Je veux déjeuner par terre Comme au long des golfes clairs T'embrasser les yeux ouverts Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent, Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du soleil vert Des dentelles et des théières Des photos de bord de mer Dans mon jardin d'hiver
Je voudrais de la lumière Comme au Nouvelle Angleterre Je veux changer d'atmosphère Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du Fred Astaire Revoir un Latécoère Je voudrais toujours te plaire Dans mon jardin d'hiver
Je veux déjeuner par terre Comme au long des golfes clairs T'embrasser les yeux ouverts Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent, Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du soleil vert Des dentelles et des théières Des photos de bord de mer Dans mon jardin d'hiver
Je voudrais de la lumière Comme au Nouvelle Angleterre Je veux changer d'atmosphère Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du Fred Astaire Revoir un Latécoère Je voudrais toujours te plaire Dans mon jardin d'hiver
Je veux déjeuner par terre Comme au long des golfes clairs T'embrasser les yeux ouverts Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent, Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Amemo-nos tranquilamente, pensando que podiamos, Se quise'ssemos, trocar beijos e abrac,os e carícias, Mas que mais vale estarmos sentados ao pé um do outro Ouvindo correr o rio e vendo-o.
Al pie del mar me hallo. Cercana a la desembocadura. Por tus palabras ya estoy yo remando, recortando el final del río. Suponme lenta, con la cadencia del albatros. No sé si arriesgarme a decirte la afluencia de mi delirio por el amor. Te voy a ver, llevo inscrita. Vou-te ver, diría Pessoa.
NICOLA PORPORA 1686-1768 Siface (Pietro Metastasio) Atto secondo, scena IV
Siface
Come nave in mezzo all’onde Si confonde il tuo pensiero; Non temer che il buon nocchiero Il cammin t’insegnerà.
Basterà per tuo conforto L’amor mio nella procella; La tua guida, la tua stella, Il tuo porto egli sarà.
NICOLA PORPORA 1686-1768 Siface (Pietro Metastasio) Acto segundo, escena IV
Siface
Como un barco en medio de las olas se halla conturbado tu pensamiento; no temas, que el buen timonel el camino te enseñará.
Bastará para tu consuelo mi amor en medio de la tormenta; él será tu guía, tu estrella y tu puerto.
Salió el sol y yo pude ejercer de semilla. Lo miro de frente y no frunce el ceño. Alguien releva al sol.
¿Responde a algún delirio la sombra en el sol? ¿Quién se interpuso entre la luz y el sol?
Nem O Sol, Nem A Lua, Nem Eu Lenine Composição: Lenine
Hoje eu encontrei a Lua Antes dela me encontrar Me lancei pelas estrelas E brilhei no seu lugar Derramei minha saudade E a cidade se acendeu Por descuido ou por maldade Você não apareceu
Hoje eu acordei o dia Antes dele te acordar Fui a luz da estrela-guia Pra poder te iluminar Derramei minha saudade E a cidade escureceu Desabei na tempestade Por um beijo seu
REFRÃO:
Nem a Lua, nem o Sol, nem Eu Quem podia imaginar Que o amor fosse um delirio seu E o meu fosse acreditar
Ya os hablé en una entrada de ese mismo racimo de uvas/pasas: Merma. Ese racimo aún me acompaña y creo que ya es imposible que las pasas vacíen más agua. El otro elemento del bodegón es una manzana que traje de Marruecos, en aquella visita en la que perdí la cámara. También me sigue acompañando.
Casi todo se arruga. Nosotros, que somos agua, también. Vertemos las arrugas al espejo y éste nos suele contestar con una crema. Casi todo se consume. Nosotros, que somos fuego, también. Arrugas y tizones suelen ir paralelos en la vida. Pero toda marca guarda un secreto, un flujo de agua que fue cadencioso, hormonal y exclusivo.
Juan del Enzina
A tal pérdida tan triste buscadle consolación claro está qu'es traición. Todo nuestro bien perdemos perdiendo prinçipe tal pérdida tan desigual no hay con que la consolemos.
Deja, deja que mire, teñido del amor, enrojecido el rostro por tu purpúrea vida, deja que mire el hondo clamor de tus entrañas donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente que regando encerrada bellos miembros extremos siente así los hermosos límites de la vida.
Unidad en ella, Vicente Aleixandre (La destrucción o el amor)
¿Cómo interpretar esta línea de amapolas en una campo abandonado de viñas ya arrojadas? Una primera interpretación que se me ocurre es la lava que un volcán ha vertido y de la que muy pocos se han enterado. Desde luego el volcán debía estar muy oculto ya que no había muestras de él y sí de su lava.
Y una segunda interpretación podría ser la de un brazo alargado y una mano delicada que dedican un tiempo a acariciar una porción de tierra que se ha abandonado. Desde luego que pueden existir más interpretaciones de esa línea de amapolas, todo lo poéticas o cursis que queramos, acertemos o no. Pero una certeza sí hay: la del reguero de vida.
Suas Mãos Maysa Composição: Antônio Maria / Pernambuco
Ai, suas mãos onde estão? Onde está o seu carinho? Onde está você? Se eu pudesse buscar Se eu soubesse aonde está Seu amor, você
Um dia há de chegar Quando ainda não sei Você vai procurar Onde eu estiver Sem amor, sem você
Ai, suas mãos onde estão? Onde está o seu carinho? Onde está você?
Um dia há de chegar Quando ainda não sei Você vai procurar Onde eu estiver Sem amor, sem você
Ai, suas mãos, suas mãos onde estão? Onde está o seu carinho? Onde está você?
Ese es un verbo que se las trae. Me topé con él en la Guía INCAFO de las plantas útiles y venenosas de la península ibérica. En la cañaheja (o Thapsia Villosa L.)la anotación en el apartado de 'venenos' dice: "En Galicia se utiliza para enverbascar las aguas." Y cuando lo leí es como si dicho verbo me hubiera dado una tarascada. Miré. Vi que venía del verbasco o gordolobo. Debido a sus potentes alcaloides, se solían triturar sus hojas para echarlas al agua y, así, atontar a los peces.
Y hete aquí lo que yo vengo a sentir ante el desarrollo amoroso que fui captando estos días de la cañaheja fotografiada. Un mero capullo a modo de cohete para reventar de lo morado que se había puesto. Al final tenemos esa explosión de umbelas que tramarán semillas para luego abdicar hacia el suelo. Y es que la planta, llegado el calor, sigue a pie juntillas los tres primeros versos de ese villancico de Juan del Encina. Dije que volvería si veía al demonio. Y es que el eros siempre algo de demoniaco ha tenido para algunos afanados en el recogimiento. No para mí. Así que, cual vasca proclamo, ¡Eros vegetal, aúpa! Y atontémonos.
Ninguno cierre las puertas, Juan del Encina.
Ninguno cierre las puertas si Amor viniere a llamar, que no le ha de aprovechar.
Al Amor obedezcamos con muy presta voluntad; pues es de necessidad, de fuerça virtud hagamos. Al Amor no resistamos, nadie cierre a su llamar que no le ha de aprovechar.
Amor amansa al más fuerte y al más flaco fortalece; al que menos le obedece más le aquexa con su muerte. A su buena o mala suerte ninguno deve apuntar que no le ha de aprovechar.
Amor muda los estados, las vidas y condiciones; conforma los coraçones de los bien enamorados. Resistir a sus cuidados nadie deve procurar que no le ha de aprovechar.
Aquél fuerte del Amor que se pinta niño y ciego haze al pastor palaciego y al palaciego pastor. Contra su pena y dolor ninguno deve lidiar que no le ha de aprovechar.
El qu'es Amor verdadero despierta al enamorado, haze al medroso esforçado y muy polido al grossero. Quien es de Amor presionero no salga de su mandar que no le ha de aprovechar.
Fin.
El Amor con su poder tiene tal juridición que cativa el coraçón sin poderse defender. Nadie se deve asconder si Amor viniere a llamar, que no le ha de aprovechar.
De una caracola fluye la semilla en la semilla une todos los perfumes los de la muerte y la vida
Cuando inventó la dulzura nació el fruto y el aroma su lecho es toda la tierra rie cuando todos dudan
Esa dulce caracola pan semilla pecho ardiente puede ser la Rigoberta en Guatemala y su gente puede buscar a sus nietos plaza de mayo impaciente o tantas que sin justicia en Juárez siguen silentes siguen silentes...
Inventoras de vertientes harina que multiplica el pan que muchos no tienen y que sus manos abrigan
Hay caracolas del mundo Gladis, Frida, Joan, Violeta son perfume de muchachas miradas siempre despierta
Esa dulce caracola pan semilla pecho ardiente puede ser la Rigoberta en Guatemala y su gente puede buscar a sus nietos plaza de mayo impaciente o tantas que sin justicia en Juárez siguen silentes siguen silentes....
Coloco esa tela floreada en mi ventana. Quizá el frío se invierta al llegar a ella. Estoy convencida de que, como dice mi adorado Camané, habrá un lugar donde toda la cosecha dé razones más que maduras, fermente, en fin, descansada. Hoy tengo doble alma, de fado y de flor.
Quem à janela Camané
Ninguém sabe por que fados Os ventos sopram sozinhos Às janelas da saudade arrastando tempestades Que nos fustigam as carnes Desfazendo com uivados O que foi a nossa imagem Resto de nós, quase aragem À janela À janela À janela
E haverá um lugar Onde toda esta colheita De razões mais que maduras Fermente enfim descansada Desfazendo até ao osso Este esboço de pureza Desfeito em água mirada Que está aonde e é o quê À janela À janela À janela
Bato ao postigo, à vidraça Responde o ego, batendo Não sei se lá está alguém Ou não quer, não pode ouvir-me Quisera eu estar lá dentro E fora também, batendo Quisera eu ser alívio P'ra nosso alívio encontrar À janela À janela À janela
Una vulgar huella de coche que propicia un hueco de barro y agua hacen posible esas formaciones tan rectilíneas propuestas como reto en la anterior entrada en la que Inés dio en el clavo de la huella. Lo que no se imaginó, supongo, es que la huella fuese de coche.
Al final sucede el deshielo. Si no se avasalla la huella inicial probablemente las extrañas y rectilíneas formaciones se vuelvan a suceder. Así de fácil sucede con el agua, el hielo y la tierra. Es como si la tierra le cantara al hielo esa canción que medio habla el genial Bola de Nieve, que de helado no tenía nada. Al final hielo, agua y tierra es un uno perfecto.
El regalo propuesto será un cuadro de una amiga. Pondré una foto de dicho cuadro. Inés es la afortunada.
Bola de Nieve
Tú no sospechas (Letra de Marta Valdés, 1958)
Tú no sospechas cuando me estás mirando las emociones que se van desatando.
Te juro que a veces me asusto de ver que te has ido adueñando de mí y que ya yo no puedo frenar el deseo de estar junto a ti.
Tú no sospechas estas furias inmensas que me dominan cada vez que te acercas, y aunque no ha habido intención en ti de provocar lo que siento, te vas a enterar de una vez de que ya te quiero.
Decir 'tu cintura, enemiga de la nieve' es hablar por lo alto, por los cuatro costados en un poema, considerado por mí, como uno de los mejores poemas de amor que se hayan escrito. Por éso, y por nada más, contentaros con adivinar la lógica de las imágenes que ahí ven. Habrá premio, de veras, para quien lo adivine. Hay una pista, no vale decir hielo, porque, efectivamente, hielo hay, pero quiero que indaguéis. Quien posea una cintura como la del poema lo habrá resuelto, seguro. Abrigaros.
Gacela del amor imprevisto (F.G.Lorca)
Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientre. Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dientes.
Mil caballitos persas se dormían en la plaza con luna de tu frente, mientras que yo enlazaba cuatro noches tu cintura, enemiga de la nieve.
Entre yeso y jazmines, tu mirada era un pálido ramo de simientes. Yo busqué, para darte, por mi pecho las letras de marfil que dicen siempre.
Siempre, siempre: jardín de mi agonía, tu cuerpo fugitivo para siempre, la sangre de tus venas en mi boca, tu boca ya sin luz para mi muerte.
El xelu, si estamos en Asturias. El xel, si en Galicia. El hielo aquí, en Madrid. Por debajo de cero. Buena opción este hielo si nos quedamos sin gato para izar el coche si hubiera un pinchazo. Pero no trivialicemos al hielo, pues está lleno de misterio. Imaginemos una relación personal: ¿se enfría por debajo de 0ºC? ¿Cuánto hielo puede almacenar una persona? Ese coche de la uve doble, al menos sintió la caricia de una columna de hielo hasta ésta desaparecer. Fue como un cálido apoyo en una fría mañana.
Tantu no que pensar y sicasí nun hay ná que descubrir, trozos de xelu arrinqué dientru de mí, y ún a ún vilos derritise, canséme güey de recordar.
Siento llercia en to les mañanes dende'l dia en que al marchar garro'l so abrigu y nun m'esperto, tan sólo diome un besu despacín y fo perdese nel cantabricu per lloñe de cualquier llugar.
Lloñe de mi mesmu, lloñe de too, volviendo a tar enantes de morrer lloñe de too una vegada más.
Lloñe de mi mesmu, lloñe de too, volviendo a tar enantes de morrer lloñe de too una vegada más.
En ningún lugar
Tanto en lo que pensar y sin embargo ya no hay nada que descubrir trozos de hielo arranqué dentro e mí uno a uno los vi derretirse hoy me cansé de recordar suena el miedo todas las mañanas desde el día en que al marchar cogió el abrigo y no me despertó tan solo me dio un beso despacín y fue a perderse en el Cantábrico muy lejos en ningún lugar lejos de mí mismo lejos de aquí volviendo a estar antes de morir una vez más en ningún lugar.