lunes, 16 de septiembre de 2013

Ceñirse

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Hoy no voy a hablar de Manuel Vilariño y de lo que expone en el edificio de la antigua Tabacalera, situado en la calle Embajadores 51 y cuyo enlace os sirvo en bandeja aquí:


Al ver ese rinoceronte (ABADA) me he acordado de una foto que hice en el cerro de San Cristobal (Lima) a una pareja sentada en un poyete. A mí me salió borrosa mas la intención no era esa. La foto previa que había hecho a la pareja sí me había salido nítida. La grandeza de una foto borrosa se revela cuando distinguimos los detalles minuciosos de la misma. O los intuimos. En el caso que nos ocupa: 

-Ella lo abraza con la mano izquierda. Con la derecha le señala el ocaso no exento de neblina. Ocaso un punto rojizo-azulado.
-El lleva una camisa con listas paralelas. La abraza por la cintura.
-Ella lleva zapatos de tacón.
-Ellos se quieren; gozan del momento.
-Hay cables en el horizonte.

¿Y por qué sé que se quieren? Pues os lo cuento: estuve sentada a menos de dos metros y no se dijeron nada hasta que ella le señaló el sol. Sólo se ceñían.




O amor é o amor  -e depois?!