domingo, 25 de octubre de 2009

Fragancia




¿Alguien da más?
Sí, sigo mirando al cielo, esa irrenunciable urbe de aire por donde la ciudad escapa de vez en cuando.
Yo desde luego no trabajo en la última planta. Ni quiero. Antes planearía.
Hostia, dije, pasa una por la Plaza de Castilla, por el túnel, y no ve nada y cuando decide andar por Bravo Murillo se topa con un antenario más propio de una guerra digital que de una necesidad comunicativa.
Pero no nos lo creamos. Tanta era digital y tanta hostia: el mensaje clásico, el analógico, la carta están asegurados: siempre habrá una paloma dispuesta. Y que sea de amor el mensaje, que entonces el vuelo será de reactor.
La fragancia del vuelo.




Mensajes que trae la paloma
que a la ventana de mi corazón se asoma
palabras de amor que devoran
razón de toitas personas
mensajes que trae la paloma.