sábado, 13 de febrero de 2010

Cintura


Decir 'tu cintura, enemiga de la nieve' es hablar por lo alto, por los cuatro costados en un poema, considerado por mí, como uno de los mejores poemas de amor que se hayan escrito. Por éso, y por nada más, contentaros con adivinar la lógica de las imágenes que ahí ven. Habrá premio, de veras, para quien lo adivine. Hay una pista, no vale decir hielo, porque, efectivamente, hielo hay, pero quiero que indaguéis. Quien posea una cintura como la del poema lo habrá resuelto, seguro.
Abrigaros.





Gacela del amor imprevisto (F.G.Lorca)

Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.

Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre.

Siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.