jueves, 15 de abril de 2010

Elefantes


Donde vas dicen que hay elefantes. Dicen que aprendieron a quedarse inmóviles para evitar ser capturados.

Creí oírlos barritar antes de entrar en ese bosque. Anduve entre los troncos de los árboles y me paré. Un corazón desproporcionado se batía cerca de mis orejas; allí nada se movía. Dudé por un momento si tocar a aquellos troncos. Sí, en cambio, los rodeé. Me privó su camuflaje verde. El corazón los delata, pensé. Mi corazón también se batía en un precipicio de gozo. Intuí que verlos y no tocarlos era la mejor opción.