
La selva que yo habito
puede consistir en un árbol
de tan sólo uno.

La selva que yo habito
da de luz,
de sobra.

La selva que yo habito
arrecia vida,
coloca muerte.

La selva que yo habito
me recoloca,
me da pie al suelo.

Algo inmediato se presenta. Lo captas y luego crece en ti.