
José Hierro, Cuaderno de Nueva York (Pecios de sombra)
Hablaban con bocas de sombra,
susurraban sucesos mágicos,
historias de herrumbre y nmusgo
(no sabían que estaban muertos,
y yo no quería apenarlos).
Fui reconstruyendo sonidos
que en el sueño significaban
para interpretarlos despierto
y atribuirlos a unos labios.
(Quería conocer el nombre
de quienes me hablaban en sueños:
la rosa no olería igual
si su nombre no fuese rosa.)
Rescaté, lúcido y sonámbulo,
los vestigios que la marea
llevó a mi playa despierto;
con ellos construiría un puente
desde el soñar hasta el velar:
así tendrían consistencia
las palabras impronunciables
que yo escuché cuando dormía,
fantasmal materia de sueño.

En el mascarón de proa de este hermoso barco simulando herrumbre está Xavier Mascaró. Mírenlo allá, al fondo. Irónico él, ha titulado esta obra 'Departure'. ¿Hacia adónde salimos en nuestras rutas? El naufragio es una constante que aflora hasta en una fuente. No digamos nada si hablamos de amor: naufragio seguro. Ni mariposas en el cabello, ni las sombras en las esquinas. Carlos do Carmo (hijo de Lucilia) lo refleja muy bien en esa canción de amor.


Mientras, las sombras serán nuestras más fieles compañeras.
SOMBRA DO DESEJO (João Monge)
Não vês a sombra do desejo
Furtiva em cada esquina do teu gesto
Não vês que tudo aquilo que em ti vejo
É tudo em que o amor é manifesto
Não vês as mariposas no cabelo
E a rosa que em teus lábios se desnuda
Não vês que o teu olhar é o modelo
das vinte madrugadas de Neruda
Não vês no teu sorriso o fogo-posto
que lavra nos fados onde morei
Se não vês tudo isto no teu rosto
perdoa, meu amor, porque ceguei.
-----------------------------------------
Quem por amor se perdeu
Não chore, não tenha pena
Uma das santas do céu
Foi Maria Madalena!
Desse amor que nos encanta
Até Cristo padeceu
Para poder tornar santa
Quem por amor se perdeu
Jesus só nos quis mostrar
Que o amor não se condena
Por isso quem sabe amar
Não chore, não tenha pena!
A Virgem Nossa Senhora
Quando o amor conheceu
Fez da maior pecadora
Uma das santas do céu
E de tanta que pecou,
Da maior à mais pequena
E aquela que mais amou
Foi Maria Madalena!