Ya lo dice Arnaldo Antunes en su canción: las cosas no tienen paz. Y ahí lo tienen, la nieve recién caída. Y nos creemos que la nieve va a quedarse así de dichosa y de blanca; y así de inmaculada. De eso nada (monada, dirá alguién). La nieve es lo que menos paz tiene. Y eso se nota por las huellas de los animales que no miran por donde pisan. Pero lo que no saben ellos es la capacidad delatora de la nieve. Y la carencia de paz también se notaría si sobre ella dos amantes se revolcasen, fundición creo que se llama, ¿no? Pues al grano, que la nieve no tiene paz y que, al menos siempre tiene un doble calado. Os dejo ese jaicú, como dice un amigo mío, que él escribe de oído y que aunque los japoneses digan haikú, él a lo Juan Ramón Jiménez: reivindicación del sonido (¡y qué razón tenía!, ¿lo cojen?).
Ha amanecido... la nieve habla por ellos amantes, huellas...
Ha amanecido... la nieve habla por ellos amantes, huellas...
As Coisas Arnaldo Antunes Composição: Arnaldo Antunes e Gilberto Gil
As coisas têm peso, massa, volume, tamanho, tempo, forma, cor, posição, textura, du-ração, densidade, cheiro, valor, consistência, pro-fundi-dade, contorno, temperatura, função, aparência, preço, des-tino, idade, sentido. As coisas não têm paz.
Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía, soñaba con mis amores que en mis brazos los tenía. Vi entrar señora tan blanca muy más que la nieve fría. -¿Por dónde has entrado, amor? ¿Como has entrado, mi vida? Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. -No soy el amor, amante; la Muerte que Dios te envía. -¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día! -Un día no puede ser, una hora tienes de vida. Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía; ya se va para la calle, en donde su amor vivía. -¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña! -¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida? Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida. -Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida; la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería. -Vete bajo la ventana donde labraba y cosía, te echaré cordón de seda para que subas arriba, y si el cordón no alcanzare mis trenzas añadiría. La fina seda se rompe; la Muerte que allí venía: -Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.
Mala suerte es disponer de una sóla hora para amar, como así le sucede al enamorado que al escalar se rompe y muere. De esta celosía me inquieta la ruptura de las puntas de los cuatro copos de abajo. Porque para mí es una celosía de nieve, con todas sus estrellas. Mirar y no ser visto, no ver quien te confiesa con los ojos me revuelve. Pero ese punto cotilla que engendran estas puertas tan comunes en Oporto me lleva a averiguar los intersticios de la entrada de la casa abandonada. Pienso muchas veces en esa celosía que hay tras el amor, lo que el emamorad@ ve sobre los demás y lo que los demás no ven.
Hallarse demorada en el río del noviembre que empuja el otoño hacia el invierno tiene la ventaja de dejarse arrastrar por la corriente. Vengo aquí, a este preci/o/so lugar, a verme distorsionada. Los espejos siempre tienen una parte canalla que te muerde hasta la rabia: fractura para ellos es mi deseo. Me tengo bien vista , a través y frente al espejo. Ahora no quiero ni depilarme las ideas, que las cejas naden cual barcas a la deriva, que mi miopía haga claro lo que las manos toquen y que el río me nade hasta reventarme de música, o de nieve, por poner dos ejemplos de frutos deseados. Un meteorito me ha derribado en esta estación de las hojas convulsas.
Jardin D'hiver
Stacey Kent
Je voudrais du soleil vert Des dentelles et des théières Des photos de bord de mer Dans mon jardin d'hiver
Je voudrais de la lumière Comme au Nouvelle Angleterre Je veux changer d'atmosphère Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du Fred Astaire Revoir un Latécoère Je voudrais toujours te plaire Dans mon jardin d'hiver
Je veux déjeuner par terre Comme au long des golfes clairs T'embrasser les yeux ouverts Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent, Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du soleil vert Des dentelles et des théières Des photos de bord de mer Dans mon jardin d'hiver
Je voudrais de la lumière Comme au Nouvelle Angleterre Je veux changer d'atmosphère Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du Fred Astaire Revoir un Latécoère Je voudrais toujours te plaire Dans mon jardin d'hiver
Je veux déjeuner par terre Comme au long des golfes clairs T'embrasser les yeux ouverts Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent, Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du soleil vert Des dentelles et des théières Des photos de bord de mer Dans mon jardin d'hiver
Je voudrais de la lumière Comme au Nouvelle Angleterre Je veux changer d'atmosphère Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
Je voudrais du Fred Astaire Revoir un Latécoère Je voudrais toujours te plaire Dans mon jardin d'hiver
Je veux déjeuner par terre Comme au long des golfes clairs T'embrasser les yeux ouverts Dans mon jardin d'hiver
Ma robe à fleurs Sous la pluie de novembre Tes mains qui courent, Je n'en peux plus de t'attendre Les années passent Qu'il est loin l'âge tendre Nul ne peut nous entendre
...O leise, leise, tu ein liebes vor ihm, eim, ein verlässliches Tagwerk, -führ ihn nah an an den Garten heran, gib ihm der Nächte Úbergewicht... Verhalt ihn............
...Ah callada, callada proponle una amorosa, una confiada tarea diaria; llévale a acercarse al jardín, dale la preponderancia de las noches.... Retenle........
Rainer Maria Rilke, tercera Elegía (Elegías de Duino)
Con una pluma escribiría sobre esta nube. Imagináoslo. La tinta precisa, elocuente. La luz de un ocaso que ahora rescato. Retener en la retina un momento que, en segundos, avanza y cambia. Retener una nube: eso sí es una Victoria. Victoria, sí, Victoria con mayúsculas. Todo el acontecer supremo lleva mayúsculas. Y este atardecer para mí lo fue. Al acecho y hacia el horizonte para conseguir esta Victoria visual. Una emplea los ojos para comerse el mundo que merece la pena: el de las sensaciones. Sí, ya sé que hay sensaciones que duran un suspiro, pero para eso está la memoria, el recuerdo y la evocación. Y ahora quiero ir al sur, o al norte, o al oeste, o al este del norte. Estoy hecha de puntos cardinales. Y siempre reclamaré la Victoria del momento, la Victoria que me apunto en el alma que luego transgrede al poema.
Existe un diálogo permanente en todo lo que nos rodea. Un diálogo silencioso que, al menos para mí, es el más pertinente. Basta quedarse como observadora en un parque para ver como percibes las palabras de los cogotes. El señor del sombrero giró, en sentido antihorario, 90º para ir acercándose a la chica de al lado que, simplemente leía un libro. El sentido antihorario de las cosas es muy recomendable. Y, os lo juro, yo, en todo momento, tuve en cuenta lo que el señor le iba diciendo en lenguaje reservado y oculto y cómo ella, aparentemente al margen, le contestaba en ese intento de entenderse en una grata conversación.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.
Habrá quien piense que he suplantado cigüeñas por corderos y ovejas en esta finca. No. Mi única intención es poneros en bandeja mi asombro. Había visto concentraciones similares, pero de grullas, allá por la laguna de Gallocanta. No quise, de todos modos, perturbar su reposo ganadero o tan siquiera adivinar de si se trataba de algún disfraz utilizado por las amigas lanudas. Cambio lana por pluma. La cigüeña tiene buena prensa, no así el lobo. Pero yo no me fío de la cigüeña y de su crotorar. Y, además, la idea de rebaño no me seduce.
ANTONIO CALDARA La morte d’Abel figura di quella del nostro Redentore
(Pietro Metastasio)
Parte prima
Abel
Quel buon pastor son io, Che tanto il gregge apprezza Che per la sua salvezza Offre se stesso ancor.
Conosco ad una ad una Le mie dilette agnelle E riconoscon quelle Il tenero pastor.
Traducción
Abel
Soy ese buen pastor que ama tanto a su rebaño que él mismo se ofrece para su salvación.
Conozco a cada uno de mis queridos corderos y ellos reconocen a su cariñoso pastor.
Visto así, con unos ojos objetivamente inquisidores, diríamos que por este tronco ha pasado el tiempo a golpe de hachazos. Un tronco que aún resiste a la intemperie, un tronco amoratado, un tronco-cuenco que hace de recipiente de la lluvia ahí descuidada.
Visto con otros ojos, con ojos incrustados de interior, diríamos que es un corazón ya rajado, un corazón que aún medita su sangre, un corazón que importuna a los recuerdos vivos, un corazón en permanente sangre.
Cada uno que vea lo que quiera. Yo tan sólo, ya con el viento frío en el cuerpo, percibo la leña minuciosa que siempre hablaba dentro de las porciones más vivas del invierno.
Apelo
Elizeth Cardoso
Composição: Baden Powell/ Vinicius de Moraes
Ah! meu amor não vás embora vê a vida como chora Vê que triste esta canção Não eu te peço não te ausentes pois a dor que agora sentes Só se esquece no perdão
Ah! minha amada me perdoa pois embora ainda te doa A tristeza que causei Eu te suplico não destruas tantas coisas que são tuas Por um mal que já paguei
Ah! minha amada se soubesses da tristeza que há nas preces Que chorar te faço eu Se tu soubesses do momento quanto ao arrependimento Como tudo entristeceu
Se tu soubesses como é triste eu saber que tu partistes Sem sequer dizer adeus
Ah! meu amor tu voltarias e de novo cairias A chorar nos braços meus (2x)
Sentir la placidez de ese verbo que nos entra gratamente: herir.
Asociado como está a la herida no lo quiero yo ahora.
Veo ese líquen adherido a la piedra y me conmueve.
Me conmueve la elección: esa piedra, ese norte que nutre; y la herida que en gozo me provoca: gozo, gozo, gozo. No quiero ir nunca a la zaga del gozo. Quiero ir de su mano, a su par. El gozo del lugar elegido, el gozo de entenderse, el gozo de extenderse.
Adherirse es un verbo a tener en cuenta.
También se me adhiere (¡Y de qué forma!) el Ave María de Schubert