Todos sabemos que el mundo no es una superficie lisa y almohadillada. Todos sabemos que las grietas existen. Todos sabemos que se acercan las navidades ¿inmersos? Todos sabemos que muchas personas apenas llegan a un sorbo, mientras otros rebosan. Son las grietas naturales, las de este tronco de álamo negro,por ejemplo, las que me gustan (talado por grafiosis). Del resto de grietas, tan innecesarias como evitables, digo que no.
A tod@s los contantes y disonantes de este cuaderno, sosiego y serenidad en estos días. Brindo con los dos sorbos propuestos.
Por un tiempo seré cenizas. Ya veis. Por un tiempo recordaré, por un tiempo entraré, lo más moldeado del fuego me invita a ser partidaria de ese particular silencio, fundición de la voz hacia lo más detallado donde murmura lo de adentro.
Una hebra de hilo en la manga de una chaqueta vieja. ¿Desde cuando está allí? Una chaqueta colgada en un armario roído por la carcoma. Es vieja y el polvo también sobre la hebra, sobre la madera del viejo armario, del que solo cuelga esa única percha, con esa única prenda, con esa única hebra. Unas manos omisas, unas manos sin cuerpo, sin rostro , quizás sin tiempo para más, colocaron sin mimo la chaqueta en la percha, la percha en el armario y después, disipándose entre el polvo y el tiempo olvidaron la hebra apenas sostenida. Incluso el mínimo aire de un suspiro la hubiera desprendido. o, un portazo fortuito, en esa estancia donde solo acude la pereza del polvo que cubre la madera carcomida del armario la percha, la chaqueta, la hebra de hilo en equilibrio.
¿Para cuanta fornitura daría todo ese hilo? ¿Se podría hacer una bufanda para estos días normalmente fríos que nos vendrán? ¿Regresaría Teseo después de matar al Minotauro? ¿Y de Ariadna? ¿Quién se atreve a decirme algo? ¿La cruz de Mari Luz tiene que ver algo con la tela de una araña? Ante el hambre, ¿seríamos capaces de ejecutar una creación tan sofisticada, tan estética? Cuando se desmorone esa tela, ¿adivinaremos alguna hebra en la pita?
A ver, Sofía, no líes más la manta. Reconoce que lo elaborado por la araña posee un equilibrio perfecto. Oye tú, 'equilibrio perfecto' es un pleonasmo. Vale, pues reconoce que es un poema visual lo fotografiado. Di lo que quieras, pero tiene equilibrio delicado.
Y tenía que bordar Mari Luz punto de cruz, en hilo azul -borda que te bordarás- sentadita ente la ventana, parecía porcelana de biscuit: trajecito de organdí, con lacitos carmesí, pobre rosita de pitiminí. Y sus padres la querían casar con un brillante ingeniero industrial: "si ahora no le quieres, ya le querras. con la costumbre, el amor llegará.". Y ella soñaba con Superman, y con Tarzán. con Peter Pan... Escondida en el desván, devoraba tebeos y cuentos, y era su mayor tormento no ser huerfanita de París, india del Mississipi, pobre rosita de pitiminí. Y no le dejaban nunca mirar alrededor, y no le dejaban nunca estudiar algo mejor -borda que te bordarás en tu ajuar-. Y creía en la pequeña Lulú -borda que te bordarás, Mari Luz y en Winnie Pooh -borda que te borda con hilo azul. Punto a punto a punto bordarás tu cruz.
EL HOMBRE INVISIBLE (Los viajes sin fin, 1993) Juan Luis Panero, Poesía completa, Ed. Tusquets
Se mira en el espejo que ya no le refleja, todo, menos él, aparece en la fría superficie, la habitación, muebles y cuadros, la variable luz del día. Así aprende, con terror silencioso, a verse, no en los gestos teatrales aún rasgos humanos de la muerte, sino en los días de después, en el vacío de la nada. Inútil cerrar los ojos, estúpido romper el terco espejo, buscar otro más fiel o más amable. Es él sólo, el hombre invisible, el que desaparece, es sólo él, una huella borrada, que no contempla a nadie, porque es nadie, la nada en el cristal indiferente de la vida.
Ya hice mención al photoshop en una entrada anterior donde las cadenas y la moda tenían cierta equivalencia. Ahora, en estas fotos que presento, la tentación se me esfumó del todo en el intento. Me dije, quiero ver sólo árboles delante de mi casa. Adelante Sofía, aplica el photoshop. Pero, ay de mi exagerada ejecución, tanto difuminé a los bloques de pisos que al poco me cargo el paisaje. Sólo dejé niebla. Me dije en ese momento, no, yo no quiero ser en lo invisible, quiero ser alguien. Así que soplé y soplé. El viento restauró el excesivo silencio.
Claro que no somos una pompa fúnebre, a pesar de todas las lágrimas tragadas estamos con la alegría de construir lo nuevo y gozamos del día, de la noche y hasta del cansancio y recogemos risa en el viento alto.
Usamos el derecho a la alegría, a encontrar el amor en la tierra lejana y sentirnos dichosos por haber hallado compañero y compartir el pan, el dolor y la cama.
Aunque nacimos para ser felices nos vemos rodeado de tristeza y vainas, de muertes y escondites forzados.
Huyendo como prófugos vemos como nos nacen arrugas en la frente y nos volvemos serios, pero siempre por siempre nos persigue la risa amarrada también a los talones y sabemos tirarnos una buena carcajada y ser felices en la noche más honda y más cerrada
porque estamos construidos de una gran esperanza, de un gran optimismo que nos lleva alcanzados y andamos la victoria colgándonos del cuello, sonando su cencerro cada vez más sonoro y sabemos que nada puede pasar que nos detenga porque somos semillas y habitación de una sonrisa íntima que explotará ya pronto en las caras de todos.
Claro que no somos pompas fúnebres. Andan por ahí, por algunos cuadernos los arrullos poéticos y no quería yo dejar de musicarlos. Pero me faltaba la imagen. Que hoy voy en son de paz, que quiero dormirme por unos días a la vez que sufragar vuestros sueños. Elegid el arrullo que más os convenga. Y la imagen es la de la mastina de mi tío Eduardo con sus crías. Ella se llama 'Pompa'. De pequeña la recuerdo oronda y peludita. Pesar ya pesaba, así que lo de pompa no sería por lo de liviana. Os dejo. Y sonreíd.
El puñal entra en el corazón, como la reja del arado en el yermo.
No. No me lo claves. No.
El puñal, como un rayo de sol, incendia las terribles hondonadas.
No. No me lo claves. No.
F.G.L. POEMA DEL CANTE JONDO, Poema de la Soleá
Un pararrayos así, tan bruñido, de seguro que ha tenido pocas ejecuciones de los rayos. Me acerqué a él, como a tres metros de distancia y no creáis que estaba en un edificio alto, no, estaba en el suelo. Este rayo protege una caseta de la confederación hidrográfica del Tajo. Y como digo, al acercarme apenas oí los rumores de truenos pasados. Lo vi, lo rodeé: supe que lo que mejor le iba a ese pararrayos eran los rayos de sol de un espléndido día, no los rayos de sol como puñales. Rayos y alta tensión siempre hubieron. Mejor sol y mejor si tras lluvia. Para lo que no sé si están preparados los pararrayos es para los corazones que se lanzan. Quizás mejor no pararlos.
Roleta Russa(A fábrica do poema)
Adriana Calcanhotto
Um olho mira, um olho fecha Desejo é flecha A mão arrisca Um olho vê, um olho cega A bala, a mão, a mira A espera, o disparo... Meu coração atira Ao alvo errado, e acerta... Um olho mira, um olho fecha Desejo é flecha A mão arrisca Um olho vê, um olho cega A bala, a mão, a mira A espera, o disparo... Meu coração atira Ao alvo errado, e acerta... Um olho vendo, um olho veda Desejo é fera A mão atiça... Um olho mira, um olho fecha Desejo é flecha A mão arrisca Um olho vê, um olho cega A bala, a mão, a mira A espera, o disparo... Meu coração atira Ao alvo errado, e acerta... Um olho vendo, um olho veda Desejo é fera A mão atiça...
Presento una foto fresca, casi instantánea. Parecía imposible. Llueve. Eterna constancia del cielo, la lluvia. La veo encararse hacia el suelo, no se lastima. Llueve y remedia. Lluvia y luz. Suelo más acentuado con la lluvia. Lluvia, su sonar a modo de rastro.
Mejor os dejo con este poema de Elena Martín Vivaldi
El Insomnio
A Antonio Carvajal
Llueves, la noche, llueves reclamando mi atención, la mirada, mi entrega a tu constante, entrañada, pasión. Llueves y llueves, lluvia de la noche, lluvia que te proclamas vencedora de la estrella más alta, que pregonas, abates el silencio, repitiendo tu nombre y tu destino de palabra insaciable. Llueves y llueves más, cuelgas tus hilos de un cielo recobrado en tu sombra y acento. Llueve tu acompasado ritmo sobre el tejado, el árbol, por las ramas, la tierra, en la carne, en la ausencia. Iluminas la noche y la oscureces. Hablas y dices tu húmeda pregunta al que insomne te espía. Pero yo no respondo. ¿Qué me tiene la frente dolorida, y sin espejos donde encontrar el corredor que lleve hasta el hondo lugar que se extiende en lo oscuro, revelador de un sueño? ¿Por qué tu voz no es hoy brillante azul, liviana, alegre, triste, desvelada, mía?
¿Por qué no es puente, aroma trayéndome el asombro de tus manos?
¿Por qué me dejas sola, con mis ojos ciegos a la verdad que tú le siembras a corazón sencillo, al hombre que te escucha sintiéndose más tierra, más árbol, más deseo, más rama, más raíz y más humano? Déjame de tu nombre la inquietud, guardada en el temblor de tu insistencia. Que mañana la encuentre, cuando el sueño haya borrado este desasimiento, y amanezca yo en ti, ya luz y llama.
Respecto a la especie humana tengo una idea clara: su condición de mala nadadora, al menos la mayoría. De ahí los náufragos por doquier. Así que vas por la calle y es difícil que no te encuentres con uno. Pero hay una evidencia y es nuestra, también, condición de mástil. Nos hundiremos, sí, pero siempre asomará como último nuestro mástil y nuestra bandera. Este hombre, harto de sujetarla, decidió colocársela al cuello. Me pareció que tenía cara del 68. Aquel espíritu si está ya lejano. Lo que sí le noté, así de pasada, fue harto. Y mucho.
HARTO (ROSENDO)
¿Harto de qué? Si por mi fuera...aguanta friolera Harto de sentencias crecederas que siempre se superan Harto de escudos y banderas Harto de ver como me lleva la corriente Harto de siglas y fronteras Harto de andar haciendo escuela, gimnasia paralela Harto de pasar la noche en vela cuidando la cancela Harto de nudos y asideras Harto de hilar para sentirme inteligente Harto de ser lo que se espera Harto del bien y del mal, de descubrir el pastel y no escuchar más que sandeces... De lo que queda que hacer para volver a empezar y repetirlo una y mil veces... Harto de nudos y asideras Harto de hilar para sentirme inteligente Harto de ser lo que se espera Harto del bien y del mal, de descubrir el pastel y no escuchar más que sandeces... De lo que queda que hacer para volver a empezar y repetirlo una y mil veces... Harto de aguantar al que domina quemar adrenalina Harto de seguir doblando esquinas pisando catalinas, pisando catalinas, pisando catalinas*..
A este hombre lo vi sacar un paquete de Celtas en la trastienda de la manifestación de los agricultores del sábado pasado. Cachisss. No me dio tiempo a fotografiarle mientras sacaba el cigarrillo de la caja. Todo no se puede, Sofía. Ya, lo sé, Sofía, pero es que no todo el mundo fuma ya esos cigarrillos. Al menos lo sacaste con el cigarro en la boca. Sí, si satisfecha estoy, mira, no ves cómo arroja los malos humos. Ya lo he visto, Sofía, pero le tenías que haber preguntado cuántas horas ha estado expuesto al sol, cuánto ha trabajado y sobre el humor que le queda. De acuerdo, Sofía, éso haré la próxima vez para que no se quede tan colgada la fotografía.
Celtas Cortos
CARTA A RIGOBERTA MENCHÚ
Bienvenido, esta es la tierra de los sueños cuenta y dime que es lo quieres soñar con mi magia seremos dos compañeros por tus sueños, si me invitas a pasar Quiero ver la luz del Sol natural quiero despertar sin temer morir quiero caminar de país en país sin tener que odiar a quien vive allí Quiero amanecer en un mundo en paz quiero resistir a ser infeliz quiero enamorar a esa chica, si quiero colorear el día que esté gris Quiero cultivar un bello jardín quiero despertar en un día feliz quiero yo cantar mis deseos, si y quiero soñar que son realidad Quiero amanecer quiero resistir quiero enamorar y quiero soñar
El sábado fue día de manifestación. En esta ocasión los agricultores y ganaderos. Las fotos de la multitud ya las tenemos en la prensa donde habitualmente nos convocan para la noticia. Unos dirán que si cien mil otros que si treinta y cinco mil. Yo diré que muchos unos. Siempre que hay una manifestación hay una trastienda interesante, lo que sucede alrededor, lo que una persona hace mientras escucha el mitin, la postura del otro, el despiste, el aprovechar para otra actividad, etcétera. Veremos la trastienda de la manifestación durante unos días, a día por trastienda.
En este caso el señor estaba comiendo pipas. El justo momento de cachar. Tuve suerte. Concibo la fotografía muchas veces como éso: suerte. Pero hay que estar. Lo que no se planteó, seguro, el señor, es que esas pipas vendrían de Turquía a precios bajísimos. En Cuenca, mi tierra, antes se sembraba mucha pipa para comer. Ya pasó a la historia. Ya se sabe: no era rentable frente a la pipa turca. Como tampoco se es rentable frente a la almendra turca, o a la avellana. ¿Y los precios que allí cobran los agricultores? Ah, éso es otro cantar. Pero yo no he venido aquí a arreglar el mundo. Sólo os muestro la trastienda de una manifestación.