Presento una foto fresca, casi instantánea. Parecía imposible. Llueve. Eterna constancia del cielo, la lluvia. La veo encararse hacia el suelo, no se lastima. Llueve y remedia. Lluvia y luz. Suelo más acentuado con la lluvia. Lluvia, su sonar a modo de rastro.
Mejor os dejo con este poema de Elena Martín Vivaldi
El Insomnio
A Antonio Carvajal
Llueves, la noche, llueves reclamando mi atención, la mirada, mi entrega a tu constante, entrañada, pasión. Llueves y llueves, lluvia de la noche, lluvia que te proclamas vencedora de la estrella más alta, que pregonas, abates el silencio, repitiendo tu nombre y tu destino de palabra insaciable. Llueves y llueves más, cuelgas tus hilos de un cielo recobrado en tu sombra y acento. Llueve tu acompasado ritmo sobre el tejado, el árbol, por las ramas, la tierra, en la carne, en la ausencia. Iluminas la noche y la oscureces. Hablas y dices tu húmeda pregunta al que insomne te espía. Pero yo no respondo. ¿Qué me tiene la frente dolorida, y sin espejos donde encontrar el corredor que lleve hasta el hondo lugar que se extiende en lo oscuro, revelador de un sueño? ¿Por qué tu voz no es hoy brillante azul, liviana, alegre, triste, desvelada, mía?
¿Por qué no es puente, aroma trayéndome el asombro de tus manos?
¿Por qué me dejas sola, con mis ojos ciegos a la verdad que tú le siembras a corazón sencillo, al hombre que te escucha sintiéndose más tierra, más árbol, más deseo, más rama, más raíz y más humano? Déjame de tu nombre la inquietud, guardada en el temblor de tu insistencia. Que mañana la encuentre, cuando el sueño haya borrado este desasimiento, y amanezca yo en ti, ya luz y llama.
Respecto a la especie humana tengo una idea clara: su condición de mala nadadora, al menos la mayoría. De ahí los náufragos por doquier. Así que vas por la calle y es difícil que no te encuentres con uno. Pero hay una evidencia y es nuestra, también, condición de mástil. Nos hundiremos, sí, pero siempre asomará como último nuestro mástil y nuestra bandera. Este hombre, harto de sujetarla, decidió colocársela al cuello. Me pareció que tenía cara del 68. Aquel espíritu si está ya lejano. Lo que sí le noté, así de pasada, fue harto. Y mucho.
HARTO (ROSENDO)
¿Harto de qué? Si por mi fuera...aguanta friolera Harto de sentencias crecederas que siempre se superan Harto de escudos y banderas Harto de ver como me lleva la corriente Harto de siglas y fronteras Harto de andar haciendo escuela, gimnasia paralela Harto de pasar la noche en vela cuidando la cancela Harto de nudos y asideras Harto de hilar para sentirme inteligente Harto de ser lo que se espera Harto del bien y del mal, de descubrir el pastel y no escuchar más que sandeces... De lo que queda que hacer para volver a empezar y repetirlo una y mil veces... Harto de nudos y asideras Harto de hilar para sentirme inteligente Harto de ser lo que se espera Harto del bien y del mal, de descubrir el pastel y no escuchar más que sandeces... De lo que queda que hacer para volver a empezar y repetirlo una y mil veces... Harto de aguantar al que domina quemar adrenalina Harto de seguir doblando esquinas pisando catalinas, pisando catalinas, pisando catalinas*..
A este hombre lo vi sacar un paquete de Celtas en la trastienda de la manifestación de los agricultores del sábado pasado. Cachisss. No me dio tiempo a fotografiarle mientras sacaba el cigarrillo de la caja. Todo no se puede, Sofía. Ya, lo sé, Sofía, pero es que no todo el mundo fuma ya esos cigarrillos. Al menos lo sacaste con el cigarro en la boca. Sí, si satisfecha estoy, mira, no ves cómo arroja los malos humos. Ya lo he visto, Sofía, pero le tenías que haber preguntado cuántas horas ha estado expuesto al sol, cuánto ha trabajado y sobre el humor que le queda. De acuerdo, Sofía, éso haré la próxima vez para que no se quede tan colgada la fotografía.
Celtas Cortos
CARTA A RIGOBERTA MENCHÚ
Bienvenido, esta es la tierra de los sueños cuenta y dime que es lo quieres soñar con mi magia seremos dos compañeros por tus sueños, si me invitas a pasar Quiero ver la luz del Sol natural quiero despertar sin temer morir quiero caminar de país en país sin tener que odiar a quien vive allí Quiero amanecer en un mundo en paz quiero resistir a ser infeliz quiero enamorar a esa chica, si quiero colorear el día que esté gris Quiero cultivar un bello jardín quiero despertar en un día feliz quiero yo cantar mis deseos, si y quiero soñar que son realidad Quiero amanecer quiero resistir quiero enamorar y quiero soñar
El sábado fue día de manifestación. En esta ocasión los agricultores y ganaderos. Las fotos de la multitud ya las tenemos en la prensa donde habitualmente nos convocan para la noticia. Unos dirán que si cien mil otros que si treinta y cinco mil. Yo diré que muchos unos. Siempre que hay una manifestación hay una trastienda interesante, lo que sucede alrededor, lo que una persona hace mientras escucha el mitin, la postura del otro, el despiste, el aprovechar para otra actividad, etcétera. Veremos la trastienda de la manifestación durante unos días, a día por trastienda.
En este caso el señor estaba comiendo pipas. El justo momento de cachar. Tuve suerte. Concibo la fotografía muchas veces como éso: suerte. Pero hay que estar. Lo que no se planteó, seguro, el señor, es que esas pipas vendrían de Turquía a precios bajísimos. En Cuenca, mi tierra, antes se sembraba mucha pipa para comer. Ya pasó a la historia. Ya se sabe: no era rentable frente a la pipa turca. Como tampoco se es rentable frente a la almendra turca, o a la avellana. ¿Y los precios que allí cobran los agricultores? Ah, éso es otro cantar. Pero yo no he venido aquí a arreglar el mundo. Sólo os muestro la trastienda de una manifestación.
Me pasa por encima la quietud de este cuadro. Parcialidad otoñal en las hojas de los almeces. Juego de calles solitarias. La bicicleta con su inercia acumulada. La blancura de la persona que guía el cuadro. No interpreto nada más que la levedad de la obra. No hay crepúsculo ni inocencia. Sí favor de un agradable tiempo otoñal que nos seda a través de la pintura.
G. PERSIANI (1799-1869) Ines di Castro
«Cari giorni» Romanza de Inés
Cari giorni a me sereni d’innocenza e di virtù, foste brevi, siete spenti, né a brillar tornate più.
Nel dolor è scorsa intera la prim’ora dell’età, mia giornata innanzi sera nel dolor tramonterà.
Caros y serenos días de inocencia y de virtud, fuisteis breves, ahora habéis concluido y no volveréis a brillar nunca más.
En el dolor transcurrió el amanecer de mi vida, y mi viaje hacia el crepúsculo concluirá en el dolor.
Indican ante este mar las previsiones lluvia ladeada. No nos sorprendemos, pues. Mi previsión sería, la de ser deudora de la mínima parte de la costa y pertenecer al día que llega, haciendo de todo acopio, rumor ante todo, lluvia sin duda, pero, como ya dije, sin nada fijado, tan sólo fraguarme en el mar, como arquitectura imprevista.
ÁLEX SUSANNA
Naufragi
Plou, amor, sempre que véns, i trona i llampega premonitòriament com per avisar-me que rere teu s’hi amaga una delicada tempesta que pot fer estralls dins meu… Arribes espurnejant de pluja i caiem de nou l’un dins l’altre, fins a convertir-nos per uns moments en una sola onada de pell que envesteix furiosa la costa del desig… Renaixem després nous i pletòrics, i fixem llavors els nostres ulls en els perills del cos de l’altre, com per reconèixer els diferents esculls amb què hem anat topant al llarg del nostre periple…
El viatge de l’amor vol tanta embranzida com càlcul: si no, el plaer es deixata en oblit i res no pot sorprendre’ns perquè res no ha estat previst
Naufragio
Llueve, amor, siempre que vienes, truena y relampaguea premonitoriamente como para avisar que detrás de ti se oculta una tormenta delicada que puede hacerme estragos... Llegas deslumbrante de lluvia y de nuevo caemos el uno en el otro, y únicamente somos los dos por un momento ola de piel que rompe enfurecida sobre la costa del deseo.
Renacemos después pletóricos y nuevos, y fijamos entonces nuestros ojos en el cuerpo del otro y sus peligros como por comprobar los diferentes escollos que nos fuimos encontrando en nuestra singladura.
El viaje del amor precisa tanto impulso como cálculo: si no el placer se deshace en olvido y nada puede sorprendernos porque nada fue previsto.
Traducción: Luis García Montero y Jon Juaristi
O mundo era praia e ti na varanda sorrías ao pasar igual que nun soño
Bañamos nas ondas o noso desexo varado frente ao mar coa sede infinita do sal
Ven e saberás do meu querer Ven e lavarei as mágoas na maré Ven e lamberás o mel Ven sobre a maré Ven de vagar
As horas esvaran na néboa da alba e a auga baixa a man da túa presencia
Aínda seremos veleiros sen rumo amantes sen aneis golfiños que asoman do mar
Os faros sinalan os lindes da alma fiando sen parar nas redes do infindo
Resoan os sinos no espello dos ollos na liña da maré semella que estás a agardar
O ceo en dúas metades transfundidas no teu útero amable sempre aberto: ela e mais eu en comunión perfecta entramos na túa vida e habitámola.
Un triángulo iniciático e perverso sero e sen sufrimento fermosamente altruísta e brutal.
xullo, 95
Lois Pereiro (Ver entrada anterior).
Mirar por mi ventana muchas veces es una opción de vuelo. Una tiene claro que la opción del cielo, de la estratosfera sentimental, es riesgo de caída. Alguien por aquí, por los cuadernos amigos, habló de riesgos, de ser al menos dos. Yo, de momento, soy una y libre. Una cometa, en cambio, es merced de viento y sujeción. Pero ver una cometa me inflama, me desparrama en su deseo. Ésa cometa y un tiempo de reposo me hizo pensar el siguiente poema, en el que dos se hablan, siendo yo una la misma:
Hagamos sed de lo aéreo sin restringir el contrato con la tierra. Dicho así, compañera, podrás beber mucha altura, etiquetar las semillas del aire que obren en tus bolsillos. Sí, sed bendecida. Sí, pero bien hablas del suelo, de ese imán que adultera nuestros pies de plomo. Bebida la tierra, etiquetada con cordones. Vale, un sorbo de aire y me ato el vestido.
Ya sé que el pájaro que está posado en la chimenea no es un mirlo blanco. Cuervo más me parece. Cuervos como pájaros audaces y listos. Pero lo que no haré es criarlos, los ojos me son imprescindibles aunque ya quisiera yo su vista y su vuelo. Esta imagen está recogida desde la muralla de Lugo. Desde allí, los cuervos no sospechan sobre las intenciones perversas aunque, quién sabe. Eso sí, vayan andando por el campo y párense a 200 metros a observar un córvido: se les irá al instante. Lois Pereiro es/fue un magnífico poeta de Monforte de Lemos. Poesía seca, honda sin decorado y directa es la que nos entrega. No sé que parte tendría este poeta de mirlo blanco o de cuervo si le tratásemos de identificar con una de esas aves, cosa que no haré. Lo que sí diré es su gratísima emoción al haberlo descubierto y, cómo no, su vuelo bajo y certero. De su último libro extraigo este poema donde el amor y la muerte es preponderante en su temática, amor en todos los sentidos, amor reflexivo, amor pleno:
(Breve encontro)
Sobrevoabas un día o meu espacio aéreo rozándome coas plumas levemente e desaparecías cun rumor minguante como a visión dun soño fracasado.
xuño, 95
Lois Pereiro 'Poesía última de amor e enfermidade' 1992-1995 Ed. Positivas, Santiago de Compostela
(Breve encuentro)
Sobrevolabas un día mi espacio aéreo rozándome levemente con la plumas y desaparecías con un rumor menguante como la visión de un sueño fracasado.
Merlo branco que non voa quere mans para tocarte quere boca pra beixarte.
Merlo branco que non voa e mireite na auga crara mais eu vinte merlo branco
Quienes tenemos un tercer ojo sabemos de la importancia de la luz para no tener controversias con el resultado. A la inversa de cuando se revelaba, que la luz era la aversión total al resultado, de ahí la luz roja y su poder para impedir el paso. Una noche de estas vacaciones pasadas paseando hasta un faro me sirvió de sabrosa revelación lo ocurrido. Vi a esa gente que estaba pescando/pasando la noche/leyendo frente al mar. Placidez de una noche serena. Hablamos con ellos. Nos fuimos. Me dije: esto no puede quedar así. La luna que había era espléndida y ellos, además, se alumbraban con una pequeña linterna para no tropezar ante cualquier movimiento por las rocas. Así que con este surtido de luz adosé la cámara al suelo. Y ella solita hizo la foto. ¿Y qué vi? Mi cámara tiene rayos X, ve el rastro que dejamos al desplazarnos. De día no se nota, pero de noche, basta usar una cámara normal para ver el rastro. Porque al fin y al cabo sólo somos figuras que pasan y que se esfuman. Ya lo dice León Gieco. Y también dice:
A veces un impulso inicial provoca la inercia y va a romper con la movilidad misma cualquier acto de fe.
Y os cuento ésto porque no me gustan los actos de fe y eso me hace moverme aunque acabe en rastro.
Os dejo con el reposo y la sabiduría de quien me acompaña más de en cuando que de en vez: Miquel Martí y Pol.
L'OBSCUR
Acluca els ulls i sentiràs encara com batega la llum, luxuriosa. Ara, como que el que toca és persistir, no et podràs pas refugiar en l'angoixa ja que tot té aquell deix de placidesa que captiva els sentits. Per tanto, no et vulguis gaire sotmès a res, fes per manera d'oblidar els atzucacs i les temences, posa més noms encara a les vellíssimes imatges de l'enyor que et regeneren la pell del sentiment i repeteix-te les paraules que quasi has desaprès, que quan l'obscur t'encengui la mirada no et faci tornaveu cap llei de dubte.
LA OSCURIDAD
Cierra los ojos y sentirás aún cómo palpita la luz, lujuriosa. Ahora, como lo que toca es persistir, no te podrás refugiar en la angustia ya que todo tiene aquel deje de placidez que cautiva los sentidos. No te quieras, pues, demasiado sometido a nada, haz lo posible por olvidar los callejones sin salida, los temores, da más nombres aún a las viejísimas imágenes de nostalgia que te regeneran la piel del sentimiento y repítete las palabras que casi has olvidado, que cuando la oscuridad te encienda la mirada no resuene en ti ninguna duda.
Después de todo, Ed. DVD poesía
Solo figuras
Leon Gieco
A veces es ponerse un disfraz como resignarse a no creer con la mente atada a que nada va a cambiar. A veces es no ver ni escuchar como para no enloquecer en la oscuridad misma del cuarto en soledad. Y veo enfrente un abismo un pozo en el tiempo, una copa extraña Y sé que ahora voy a beberla entrar en su efecto, que siempre me engaña. Pero el sol es sólo una llama la tierra es una pantalla, y nosotros sólo figuras que pasan y que se esfuman.
A veces un impulso inicial provoca la inercia y va a romper con la movilidad misma cualquier acto de fe.
Puedo ser mejor, más eficaz decidido como lo fui ayer para ir a buscarte y dar una vuelta más. Es creer en un final bien preciso con fecha y hora, lugar y circunstancia. Darse el lujo de los inmortales que al paso del tiempo no dan importancia. Pero el sol es sólo una llama la tierra es una pantalla y nosotros sólo figuras que pasan y que se esfuman Y nosotros sólo figuras que pasan y que se esfuman Y nosotros sólo figuras que pasan y que se esfuman.
Apenas les dejo esta sombra de un cardo, que no de un plátano*, pónganse a majar el poema del recientemente fallecido poeta Jose Antonio Muños Rojas. Háganlo cuidadosamente, todo es grano aunque no digo que no pueda haber un levísimo tamo. Si es así soplen ligero, a nada desaparecerá.
SUEÑO ADENTRO
Hoy ya que sólo queda la sombra y el recuerdo, la sombra de los árboles saliendo entre la brisa de aquel jardín en donde las horas iban lentas, como un cielo de noche, sin noche y sin orillas. Hoy ya que sólo llevo tantos pozos a donde, si me asomo, contemplo las cosas que me miran, la mano vieja, el tacto, la estancia grande y clara, el silencio y la voz cantándome tranquila mientras me voy perdiendo sueño adentro. En la calle un silbido, unos pasos, un vuelo. No se olvida lo que escriben los sueños en la sangre. Revive por la noche y a veces nos hace por el día tornar la cara. Llaman. Ay qué sombra tu sombra en las paredes blancas, tu falda fugitiva entornando postigos, dejándome embarcado riberas de sueños, aguas del sueño arriba. Hoy que todo se hace transparente y tranquilo como el mar cuando está muy cerca de la orilla, y latido a latido el corazón devuelve la ternura hecha sangre que parecía perdida. Todo torna a lo mismo. ¿No son sombras sabias guardando los espejos, donde se vio algún día aquella cara joven, aquella forma dulce, aquel calor de ave en la mano? Prendida de paso y para siempre clavado, para siempre haciendo aquel instante. En lo hondo, a lo lejos, ¿este cuarto, este instante tus ojos no veían?
III, Sueño adentro, RESCOLDOS, J.A.MUÑOZ ROJAS, Ed. Point de Lunettes, Sevilla MMV
Y apenas hayan leído y majado el poema escuchen este aria de la ópera Serse de Händel. Este aria conocido como el Largo de Händel es un bello tema de amor… a un árbol. Serse, Rey de Persia (papel para castrato y hoy aplicable a una soprano), se encuentra bajo la sombra de un plátano de su jardín y canta embelesado sus excelencias:
Ombra mai fu
Georg Friedrich Händel
Ombra mai fu Nunca fue la sombra di vegetabile de una planta cara ed amabile, más querida, amable soave più. ni suave. Ombra mai fu di vegetabile cara ed amabile, soave più. Cara ed amabile, ombra mai fu di vegetabile cara ed amabile, soave più. soave più.
* Sólo pido disculpas por este trueque atrevido de cardo por plátano, pues Serse no hubiera cantado las excelencias de aquél vegetal con tanto lirismo como lo hizo bajo el plátano. Pero cardo era lo que tenía más a mano y, además, su sombra me parecía muy estética.