Algo inmediato se presenta.
Lo captas y luego crece en ti.
domingo, 19 de julio de 2009
Intervención
Primero prefirió mirar para otro lado. Después se afincó en mi cara. Sus pétalos, sus extremidades, su generosa mirada. Sus cielos revocantes de nuevo. Todo un esplendor y toda su compañía. Ya no era un flor de barro deshojada, era la intervención de la luz.
En la llama viva de una flor llegas madura de tiempo poblada de países con todas las estaciones con el color frío de junio con las manos tendidas y cálidas con tus permanentes viajes solitarios y desandados viajes de un cuerpo hacia otro cuerpo corriendo desesperada para vivir otras vidas que el mundo te promete
pero eres una flor una corola de estremecida sangre que golpea gota a gota sobre los muros de tu corazón
en tu vestido de brillantes girasoles ruedas largamente sacudida alegre y sola cómo un cántaro
nadie puede tocar la música la triste música de tu rostro ni la marea de tus ojos que van y vienen por los espejos sin detenerse sin ver a nadie o tal vez tu mirada penetra de algún modo insólito terrible oscuramente cierto en lo más vivo del deseo y la memoria en un mundo claro y sin explicación con dolor y bello sin otra cosa que la ternura para destruir el miedo para combatir la tristeza que a veces te socava
pero sigues al sol lo buscas como los girasoles para brillar alto y estar desnuda como un ojo irisado en una estación de amor radiante y única.
Buscando el sol, la luz, el cielo. En su sencillez amarilla y verde, los girasoles nos dan una lección de vida. La luz les basta. Un abrazo, Sofía, precioso todo y el comentario de Inés, admirable. (la peli tien buena pinta y encima con Bruno Ganz, que todo lo hace súper)
Que fermoso Mirasol, dona Sofía. Pero cuidado, que el sol es muy presumido y quiere ver como le rinden homenaje sus vasallos y recrearse en cada uno de sus espejos. ¿Lo habrás puesto celoso por robarle una mirada?
Los campos de girasoles me parecen bellos, pero me producen cierta melancolía. Me llevan a “Los Girasoles” (de Rusia) y a historias tristes. Te cuento una:
A pesar de la escasa distancia que les separaba, sólo les estaba permitido acariciarse con la voz y contemplarse de espalda. Para hablar de amor se recitaban poemas y se cantaban canciones. Pero no podían tocarse, ni abrazarse, ni mirarse a los ojos porque estaban condenados a girar siempre juntos y siempre hacia el mismo lado. Durante el día, al astro rey, y durante la noche, al suelo. Un día se produjo un eclipse y por primera vez pudieron mirarse a los pétalos. Así, frente a frente, se amaron con la mirada aquella eternidad en que la luna ocultó al sol. Al día siguiente fueron cortados y colocados uno junto al otro en la cesta de mimbre donde fueron recogidos. Entonces enlazaron sus tallos, se acariciaron los pétalos y se fundieron en un último abrazo. Sólo tuvieron La Eternidad y un día.
-¿Qué es el tiempo? –pregunta el niño -El tiempo es un niño jugando a las canicas -¿Qué es el mañana?- pregunta el hombre -El mañana es la eternidad y un día –contesta la mujer alejándose
Bellísima película. Cada plano secuencia es como un cuadro. Y la luz que recoge, la luz bajo la lluvia, la luz blanca y azul del Mediterráneo, la de los amaneceres y atardeceres, los rojos, los amarillos... Me pone un poco triste ver esas escenas finales y escuchar ese tema, aunque es precioso. Te remito a una dirección donde podrás escuchar “Los Girasoles de Rusia” ( tema también muy bello de Henry Mancini) y ver un trailer de la película “Los Girasoles” de Vitorio de Sica. Distinta la estética, pero tan bella y triste como la de Angelopoulos. Besos mirando al sol.
8 comentarios:
Girasoles
En la llama viva de una flor
llegas madura de tiempo
poblada de países
con todas las estaciones
con el color frío de junio
con las manos tendidas
y cálidas
con tus permanentes viajes
solitarios y desandados viajes
de un cuerpo hacia otro cuerpo
corriendo desesperada
para vivir otras vidas
que el mundo te promete
pero eres una flor
una corola
de estremecida sangre
que golpea gota a gota
sobre los muros de tu corazón
en tu vestido
de brillantes girasoles
ruedas largamente sacudida
alegre y sola cómo un cántaro
nadie puede tocar la música
la triste música de tu rostro
ni la marea de tus ojos
que van y vienen por los espejos
sin detenerse
sin ver a nadie
o tal vez tu mirada penetra
de algún modo insólito
terrible oscuramente cierto
en lo más vivo
del deseo y la memoria
en un mundo claro
y sin explicación
con dolor y bello
sin otra cosa que la ternura
para destruir el miedo
para combatir la tristeza
que a veces te socava
pero sigues al sol
lo buscas
como los girasoles
para brillar alto
y estar desnuda
como un ojo irisado
en una estación de amor
radiante y única.
Buscando el sol, la luz, el cielo.
En su sencillez amarilla y verde, los girasoles nos dan una lección de vida. La luz les basta.
Un abrazo, Sofía, precioso todo y el comentario de Inés, admirable.
(la peli tien buena pinta y encima con Bruno Ganz, que todo lo hace súper)
Que fermoso Mirasol, dona Sofía. Pero cuidado, que el sol es muy presumido y quiere ver como le rinden homenaje sus vasallos y recrearse en cada uno de sus espejos. ¿Lo habrás puesto celoso por robarle una mirada?
Los campos de girasoles me parecen bellos, pero me producen cierta melancolía. Me llevan a “Los Girasoles” (de Rusia) y a historias tristes. Te cuento una:
A pesar de la escasa distancia que les separaba, sólo les estaba permitido acariciarse con la voz y contemplarse de espalda. Para hablar de amor se recitaban poemas y se cantaban canciones. Pero no podían tocarse, ni abrazarse, ni mirarse a los ojos porque estaban condenados a girar siempre juntos y siempre hacia el mismo lado. Durante el día, al astro rey, y durante la noche, al suelo. Un día se produjo un eclipse y por primera vez pudieron mirarse a los pétalos. Así, frente a frente, se amaron con la mirada aquella eternidad en que la luna ocultó al sol. Al día siguiente fueron cortados y colocados uno junto al otro en la cesta de mimbre donde fueron recogidos. Entonces enlazaron sus tallos, se acariciaron los pétalos y se fundieron en un último abrazo. Sólo tuvieron La Eternidad y un día.
-¿Qué es el tiempo? –pregunta el niño
-El tiempo es un niño jugando a las canicas
-¿Qué es el mañana?- pregunta el hombre
-El mañana es la eternidad y un día –contesta la mujer alejándose
Bellísima película. Cada plano secuencia es como un cuadro. Y la luz que recoge, la luz bajo la lluvia, la luz blanca y azul del Mediterráneo, la de los amaneceres y atardeceres, los rojos, los amarillos... Me pone un poco triste ver esas escenas finales y escuchar ese tema, aunque es precioso.
Te remito a una dirección donde podrás escuchar “Los Girasoles de Rusia” ( tema también muy bello de Henry Mancini) y ver un trailer de la película “Los Girasoles” de Vitorio de Sica. Distinta la estética, pero tan bella y triste como la de Angelopoulos.
Besos mirando al sol.
http://www.youtube.com/watch?v=zEQX6sOBT7w&feature=related
Sólo puedo sonreir....
Es hermosísima la intervención, divina.
Gracias por dar constantemente alegrías.
Un besazo, Sofía guapa.
… con la mirada al acecho…
Nos sucede otro tanto. Miramos y miramos pero solo cuando hay una "intervención" nos volvemos otra cosa, no lo que éramos... algo mejor.
... besos
CristalRasgado & LaMiradaAusente
____________________________
ya ni las flores dan la cara
Me cuesta verla como una flor: demasiado humana. Y demasiado hermosa para ser una simple flor.
Mis flores preferidas son los girasoles, son impresionates, valientes, siempre mirando al sol de frente...
Biquiños
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