V
No sé lo que prefiero,
Si la belleza de los acentos
O la belleza de las insinuaciones;
Si el pájaro silbando
O lo que viene luego.



Yo sí sé lo que prefiero: los acentos que rabian por concederse una voz, los silencios que fomentan el recogimiento, todo aquello que se me acerca sin llegarme a rozar, lo que oiría aun estando sorda, todos los pájaros al unísono, todos los acentos de un reclamo, y, por supuesto, lo que viene luego sin importarme el qué.
Pero también te prefiero a ti, Wallace Stevens, y a tus maneras de mirar y evocar. Y a ti.
P.D.- Las tres fotos son distintas. Pertenecen a un disparo en ráfaga.
5 comentarios:
Ayer, mi hija mayor, se quedó impresionada con una mirla que no se espantaba...
-¿Está embarazada? -preguntó.
-Quiza... o quizá esté buscando estarlo...
Besos de maullido de mirlo
o está buscando estarlo....buena observación...Amparito...
Es una magnífica apreciación la de Amparito, estar o estar buscando estarlo... sin que te importe demasiado lo que viene luego, W. S. se lo merece, él y lo que su ojo de mirlo ve.
Querida Manchega, a mí me pasa como al poeta: me resulta difícil elegir, pues como inteligentemente decía Javier Gomá Lanzón "Yo lo quiero todo" (sin caer en la soberbia del hibrys, que ya sé lo que son los correctivos). Y eso implica también lo que viene después, tal vez importándome el qué, pero con la predisposición para aceptarlo porque forma parte del paquete.
Me gustan los mirlos porque no temen al invierno, a pesar del frío siguen revoloteando, trotando por los campitos y asubiando aunque sea por lo bajinis.
Te dejo la traducción de Julián Jiménez Heffernan (edit. Harmonium), un poco diferente de esta que tú nos muestras:
V
No sé qué preferir,
la belleza de las inflexiones
o la belleza de las insinuaciones
el mirlo cuando silba
o el instante después.
El mirlo, como los pájaros en general, simboliza la libertad, la distancia y la cercanía. La belleza metálica de su canto me resulta muy familiar.
Un abrazo
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