A través de estas fotos y de los comentarios que han suscitado en el post anterior me ha venido a la mente un lejano paisaje que había permanecido solapado entre los pliegues de mi, por otra parte, inconstante memoria.
En mi antiguo barrio, pasando el Campo de las Cabritas, había una verja y pasando la verja, a la izquierda había una curtiduría cuyo inenarrable mal olor impregnaba la ropa con solo pasar cerca de allí.
Había un peletero que nos llamaba para gastarnos bromas y los chiquillos salíamos corriendo. Daba miedo pasar por allí cuando caía la noche.
Años después, él Campo se transformó en una urbanización y en aquel lugar pusieron una caja de ahorros que a mí, personalmente seguía produciéndome cierta inquietud.
Por las fechas en que fue hecha esa foto y por el frescor no estaba demasiado estirado el olor. Pero el verano y los microorganismos hacen del lugar una bomba (fétida).
Josep: de lo que sí habría que hablar es de las condiciones higiénicas y laborales de los que allí trabajan. No es que sus rostros estuvieran machacados, asomaba cierta relajación. Me contaron que ya había curtidurías industriales. Esto está en Fez y funciona como retórica turística. Pero a mí me gusta ir más allá de la retórica: las condiciones de trabajo un poco más saludables.
10 comentarios:
A través de estas fotos y de los comentarios que han suscitado en el post anterior me ha venido a la mente un lejano paisaje que había permanecido solapado entre los pliegues de mi, por otra parte, inconstante memoria.
En mi antiguo barrio, pasando el Campo de las Cabritas, había una verja y pasando la verja, a la izquierda había una curtiduría cuyo inenarrable mal olor impregnaba la ropa con solo pasar cerca de allí.
Había un peletero que nos llamaba para gastarnos bromas y los chiquillos salíamos corriendo. Daba miedo pasar por allí cuando caía la noche.
Años después, él Campo se transformó en una urbanización y en aquel lugar pusieron una caja de ahorros que a mí, personalmente seguía produciéndome cierta inquietud.
Buena mirada y buen objetivo, amiga.
Besos gordos
me quedé con la metáfora de la mímesis y no investigué, aunque no hubiese adivinado de qué se trataba
entre tanta uniformidad me alegra ese gorrito de color
no quiero ni imaginar el olor y me quedo con la música
Éstas, son de tus mejores fotos.
Dan para comentario largo.
Ambas destilan amargura.
La primera, más feroz.
(por entrañable que te pongas)
Pieles de carneros.
Y de obreros.
Pies y manos curtidos.
A pesar de las botas desmedidas
y los guantes.
Y el cigarrillo
para soportar el hedor.
Sí, son sacos de lana...
Hoy siento un afecto especial
por tu blog.
Tu manera de hacer mirar.
Un abrazo.
Mas áspero y penoso de lo que imaginaba el paisaje de lo-s invisible-s.
Excelentes fotos.
Me gusta más el padre.
Besos.
Gracias por estirar esos pliegues de la memoria, Manolotel.
Prefiero el olor a pieles y pellejos que al del ambientador reinante en un banco.
Besotes.
Por las fechas en que fue hecha esa foto y por el frescor no estaba demasiado estirado el olor. Pero el verano y los microorganismos hacen del lugar una bomba (fétida).
Tu que vuelas, sobrevuela.
Josep: de lo que sí habría que hablar es de las condiciones higiénicas y laborales de los que allí trabajan. No es que sus rostros estuvieran machacados, asomaba cierta relajación. Me contaron que ya había curtidurías industriales. Esto está en Fez y funciona como retórica turística. Pero a mí me gusta ir más allá de la retórica: las condiciones de trabajo un poco más saludables.
Shandy:
la lana no es tan áspera. ¿Nunca te juntaste junto a unos mansos borregos?
Besos.
Buen fisonomista eres, Tomás, que sin verle la cara has adivinado el parecido y la filiación.
Besos.
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