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En Mosanto, Portugal, aún se pueden captar secuencias como las expuesta. No menos de un mes tienen esas fotos y aún recuerdo la niebla y el apego que por la tierra y el paisaje tienen sus habitantes. El discurrir con lo mínimo de sus gentes mientras la comodidad nos ahorma a muchos de los que habitamos el paisaje. Captar paisaje y paisanaje me vino sin quererlo en esta ocasión. No sé si habrá una porción poética en estas fotos, lo que sí que hay es terquedad por lo singular.
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