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Sospecho que Magritte anda suelto,
sombrero que con los pies andas,
hay un risco lleno de pelos
atestado de cabras,
sobre alguien que es calvo
aparece un lienzo de color blando,
todo se derrite menos una paloma,
la paloma es un ángel
de diecinueve pulgadas,
donde hay unas tijeras apenas llueve,
de un tijeretazo, el barbero
las amuela, la cabeza de sus clientes
es, ante todo, lo primero,
el paraguas sobra. Sol y sombra.
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2 comentarios:
Tijeras o sombrero, como en un juego de niños, remedios para la profusión o la ausencia de nuestras amadas cabelleras. En esta imagen una ruleta de rostros jóvenes gira en torno al espectro del hombre que atraviese la calle y el cristal como si fueran la misma pared, junto a objetos tan precisos como caducos que tal vez solo sirven como reclamo de la nostalgia.
Ante esta foto que nos lleva, nos trae y nos da vueltas en la cabeza, me quito el sombrero, como haría Magrit. Qué a menos cabellera más caballeros.
Besos.
O el bombín también puedes quitarte, Xuan.
En Portugal el tiempo es calmo. Las fotos pueden esperar. Como en la tuya del semáforo, yo también esperé a que se cruzara alguien por la calle. Las cristaleras son como las raíces de los árboles: se ramifican cuantos más peatones pasen por ellas.
Un beso.
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