domingo, 19 de noviembre de 2017

El maletín

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Siendo yo sagitaria a lo mejor pintan mi rostro en el cuerpo de una yegua. Eso sí, ya podrán ponerme relinchando antelas  muchas injusticias con las que me topo. Hay verbos como 'rapiñar' que bien se pueden asociar al feroz mundo capitalista que nos invade. Pero tratar a una águila calva o pigargo de esa manera, a asociarla a un maletín y a una corbata dollarizada junto a un emblemático edificio en ruinas en la avenida Liberdade de Lisboa ya me dice todo. Como llamar burro a alguien; o pollino. O estigmatizar a un lobo, o a una zorra, o a un cuervo. Ya sé que no es para tanto, pero no hace falta ser muy águila para saber que una rapaz no es nada rapiña y que cualquier maletín siempre acaba siendo sospechoso.

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5 comentarios:

Porverita dijo...

OLé.

Ventana indiscreta dijo...

Gracias por tu OLé, M. Ya sabes que yo no me suelo poner muy flamenca, pero dado los tiempos que corren es que no queda otra. O ponerse Ferrucio con quien manga pasta. Por cierto, vi el otro día a Farruquito que vaya planta que tiene y como arrea de tacón. Espero que sigas bien lozana y más verdialera (que no verdulera). Algún día te llamo. Besos.

Ventana indiscreta dijo...

Ferrucio no, farruco.

XuanRata dijo...

Esos maletines sujetos con esposas a la mano del que los porta, esposado y desposado con su propio poder, con su propia condena.

En cuanto a los símbolos, los carga el diablo, como los maletines.

Un abrazo.

Ventana indiscreta dijo...

Siempre estuve alejada de las armas pues el diablo las carga. Y al diablo, ¿quien lo carga? A lo mejor es que es incombustible desde el punto de vista de la acción y de la llama.

Saludos, Xuan.