martes, 28 de noviembre de 2017

Cacareo

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Ante los móviles podemos decir que o bien navegamos a dos, tres, o catorce velas, sin límite, con viento favorable, en mares revueltos o bien que estamos enjaulados. Palabra de gallina. En Posada de Llanes, este verano, ante una algarabía de aves, la chica de la Pepsi andaba tras sus juegos. Estoy segura que en las redes sociales hay mucho cacareo, demasiado. De momento hemos decidido no deshacernos de la pantalla de un móvil a la hora de acortar la espera de nuestro tiempo. Y es que nuestro tiempo sin móvil fluye entre el tacto, el contacto, la vista (en las peluquerías también la revista), el oído y el gusto por hablar y conocer lo breve, lo inmediato.

 Me acuerdo aquellos veranos donde de pequeña el gallo era el protagonista. Y un huevo para almorzar era el redoble.



2 comentarios:

XuanRata dijo...

El móvil se ha convertido en una jaula a nuestra medida, tanto que ya ni siquiera vemos las rejas. Pero están y yo no sé cómo les sentará a nuestras alas de gallina.

Ventana indiscreta dijo...

Bien dices, Xuan, en tu afinado comentario que casi se podría editar en un Bestiario Tecnológico (no es ninguna broma lo que te digo) que no sábes cómo les sentará a nuestras alas de gallina: probablemente acabarán fritas.

Besos.