jueves, 18 de julio de 2013

Lupa III: Alerta avispa





En la primera foto, mi rostro estaba a poco menos de un metro.
En la segunda, el objetivo de la cámara estaba a unos 15 centímetros.
Hay toda una clase de entomología entre estas dos fotos para quien conozca de avispas y avisperos.
El barro el el mejor aspirante al aguijón certero.
Muchas cosas se incomodan cuando las miras con lupa; las avispas, sin ir más lejos, que bien cerca estuve.
Una pequeña deriva en las temperaturas y la avispa calla.
Cada vez que escojo una foto del pasado siento un aguijón: el tiempo vuela.
Mirad las alas de la primera foto: 'Un acecho osado el tuyo',  parecen decirme.
Acaso me da miedo el verano y su calor, pero sé que sin él no comería fruta.
Las abejas me dan menos miedo y encima su miel es un compendio de vida.
Pero como dice mi admirado Caballero Bonald en el final de su poema Turno de la Desgana:

Oh vida más voraz que sus venenos.


Nos vemos.



6 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

que bueno ¡

Marga dijo...

Y él que puede, déjalo volar (el tiempo). Qué risa, canta la Mala y otra referencia cruzada.

En este momento los ojitos llenos de urticaria mental, ni en fotografía soporto a las avispas. Con la edad ya no grito, sólo por dentro.

No va a ser el veneno, yo creo que es más la vida.

Mis veranos con sus libros de prosa y memorias. Bonald también es autor para hamacas. A pesar de la riqueza de su lenguaje, su densidad, tal vez por ella, ya no sé.

Un abrazo viendo.

JosepMª dijo...

Las avispas,
antes de atacar,
avisan,
zumbando ante tus ojos.
Aléjate de su nido
y no habrá ataque.
Si persistes
en tu amenazante presencia
(quizás ni te enteres)
recurren
a su último
(vital)
recurso:
El aguijón.

En tiempos de mi bisabuelo,
el rio Ebro era navegable
hasta más arriba de Zaragoza.
Hacían viajes desde Amposta
hasta Mequinenza.
Además de mercaderías,
traían coplas,
que cantaban a ritmo de jota:
No me resisto a enviaros ésta:

- Si tu casa se quemara,
y en tu culo un avispero,
Y tu mujer con el cura,
¿a dónde irías primero?


¿Vale una sonrisa?
¿Sí?

Un abrazo

Ventana indiscreta dijo...

¿Cómo pasaste el verano, Miquel?
¿Te queda algún rincón de Barcelona que enseñarnos? Seguro que sí.
Ten cuidado que debajo de las uralitas suelen hacer los panales las avispas.
Salut.

Ventana indiscreta dijo...

No sé quetienen las avispas, Marga, que ahora, en el verano, te comes una raja de sandía o melón y acuden cual voraces buitras amarillealadas.
No te digo si haces una barbacoa al aire libre y enseñas la carne. Por diosss. Pero qué sensor tienen las avispas.
Yo si chillo. Agudo. Y eso que me han dicho que el secreto es no chillar sino actuar tal cual, que las avispas sólo atacan si les metes un dedo en el ojo, o si las tocas el avispero. O las narices.
Oye, ¿a que nos están tocando mucho las narices los mandamases?

Un abrazo retornado.

Ventana indiscreta dijo...

Josep, contigo sonrío. ¡Y aprendo!

Un abrazo tras el estío que este fin de semana dirá adiós (nada más der las puestas rojizas que estos días están sucediéndose en Madrid, que preludian cambio).