viernes, 14 de diciembre de 2012

Toma café











Mantén la calma y toma café. Retomo mi andadura bloguera tras una calma querida donde me he arropado con muchas fotos. No se me ha ido el genio. Sigo teniendo la misma postura y, ahora, en estas fechas y en estos tiempos se me ha incorporado el torrefacto en la piel y en el alma. Se diría que estoy un poco quemada, más bien. Pero arranquémonos el decir, sorbo a sorbo, no paremos, no nos durmamos. Bien despiertos, ¿eh?

Me ha apetecido tomar un café en la calle de la Palma (Madrid), en el número 49, y desde allí tomar la decisión de reanudar. Ese café que veis no tiene otra magia que el buen hacer. La figura arbolada no tiene plantilla, sencillamente pulso y exquisitez. Aman el café en ese lugar codiciado ya para mí. Amo el café bien hecho. Quiero el deseo de artesanía para todo. Un euro cuarenta y muy buena música, repostería aparte.

La Fanfare Ciocarlia nos dan con sus vientos un mayor impulso, por si nos hiciera falta. 
Besos a todos.


9 comentarios:

Inés González dijo...

Mmmmmmmmmm pebeta, qué gusto verte otra vez en el ruedo!!!!!!!!! Y con ese café tan tentador, debe estar de miedo.
Podrías ir invitándome como antaño, si?
Y que nos queden los bigotes blancos de espuma.
Un abrazo de los gordos!

XuanRata dijo...

Un café puede ser motivo o pretexto. Mejor aún, ambas cosas a la vez. Y un lugar agradable donde lo preparen con esmero es un lujo de los de verdad. Como lo es para mí volver a tu blog. O que tu blog vuelva a nosotros.
Un abrazo.

JosepMª dijo...

Te decía, ayer:
Continuará.
Son muchos los caminos
de mañana,
Aunque parezca que sólo hay uno.
(Y desangelado)
Y, aún más allá,
persistirá tu memoria.
Y se encontrarán los caminos
de las memorias
que quieran encontrarse.
(querer és sinónimo de amar)
Lo demás seran tinieblas.

Qué bello reencuentro.
Es como sentir
(y compartir)
el aroma de este
tentador café.
(Y cómo serà, dios mío,
la repostería a parte)

Te eché de menos.
Una alegría volver
a asomarme
a tu sensata ventana.

Adelante, Sofía.
Bien despiertos.


JosepMª dijo...

Te decía,
ayer,
de continuar.
En el Camino.
Siempre hay alguien
a quien puedes acompañar.
Siempre hay alguien
que quiere acompañarte.
Un tiempo.
Agárralo.

Es una delicia
compartir
Camino,
diálogo,
esperanza
con personas
que miran al mismo horizonte.

Sí, ya sé que hay zánganos
y vívoras...

Hoy vuelvo a asomarme
a tu sensata ventana.
Me has dado una alegría.
Te eché de menos.

Puedo sentir el aroma
de ese tentador café.

¡Ah!
Y miro,
de reojo,
la reposteria artesana
que asoma en la foto
(tridimensional)
del espejo...

Bien despiertos,
amiga mia.


Ventana indiscreta dijo...

Inés, este tiempo sólo ha sido de ausencia en el ruedo porque rodar he rodado, un poco cansada y encogida de hombros. Pero sigo siendo inquieta y husmeadora. Ya sabes que las calles de Madrid están llenas de oportunidades visuales, tactiles.
Ya nos tomaremos un café para festejar todo tu hermoso trabajo del campesino adormidero y la dibujante, o sea tú.

Baci.

Ventana indiscreta dijo...

Xuan, si hubiera sido mosca de verdad hace tiempo que me hubiera tragado en la periferia de la penúltima entrada. Pero he necesitado mi tiempo. No seré Ventana Indiscreta.2.0 como se dice hoy día. Hubiese preferido ser otra ventana indiscreta con una vuelta de tuerca. Si lo consigo ya lo veréis. Para mí el blog es una apuesta de arte, conocimiento, diversión y libertad de expresión (en la medida de lo posible).
Gracias por tener la consideración que tienes de mi blog.

Un abrazo.

miarte Mirtya Huizzi dijo...

HOLA soy amiga de Inés, pero antes de eso ya por azar de la vida miré tu blog y me encantó...y lo seguí en silencio siempre sin ningún comentario...que delicia palabra e imagen tan en sintonía, se lo comenté a Inés un día...ahora que gusto volver a verte por aquí...felicidades, que la música ni la mirada de lo que muchos no ven tampoco...

Ventana indiscreta dijo...

Josep, esos problemas técnicos ya están arreglados (los del blog).

Tu despliegue de humanismo es alentador. Los tiempos que vienen son de continuas grietas y fracturas en carreteras y calles. Los caminos son más agradecidos: el pie se amortigua mejor en ellos, los baches tienden a esfumarse con el paso y el buen tiempo.
La memoria ha de estar ventilada todos los días. No hay peor cosa en un ser humano que una memoria apolillada. Los tiempos que nos vinieron, los que vienen, los tiempos que se han pergeñado milimétricamente y sus consecuencias.
A mí un café me salva, momentáneamente. Es un sitio pequeño ese. Pero prodigioso.

Nada de modorra para las mentes, Josep.

Ventana indiscreta dijo...

Mirtya:

Mi cámara nunca me desampara ni se queda quieta, con el resultado de uno y mil disparos experimento más tarde lo que ella me comunica, cosas de las que me apropio y transformo...

Eso lo has dicho tú en tu última entrada. Buena acogida el concepto de amparo para con la cámara. Amparar, buen verbo. Todo lo que sea amparo, bienvenido.

Gracias Mirtya, Inés es una gran amiga.