sábado, 19 de noviembre de 2011

Cuenco II


Lo que más me fascinó de esta suela fue su interior. Lejos de ser de vidrio o metacrilato hacía las veces de transparencia. Pienso si el el suelo que pisamos no se acaba transfiriendo a nuestros pies y por eso es que echamos tanto nuestra tierra natal. Ahora, por ejemplo, me veo yendo a la escuela de mi pueblo, llueve ligeramente sobre una niña modosita, las chimeneas huelen a leña de olivo y encina. Caminante no hay camino, se hace camino desgastando suelas y perdóneme, don Antonio.


School, de Supertramp (Amo a este grupo de mi adolescencia)