viernes, 28 de octubre de 2011

Debate



Ningún titular. El juego entre el orden de la gente. Ninguna red. El gol pasando el límite de un espacio físico. Sin césped. La hierba afanándose en cualquier rincón. Los suplentes alientan fuera del banquillo. El balón como único repuesto. El fútbol como único debate en la plaza. Una moto cruza. Otros reposan. El árbitro no existe. La tarjeta roja es imberbe. Nadie se levanta la camiseta para celebrar el gol. Allí, la noche se practica casi a oscuras. Al día siguiente.


To the Evening Child de Stephan Micus de su disco homónimo