lunes, 26 de septiembre de 2011

Póker


Sé, de fijo y de atornillado,
que el humo del cigarro cuando me entra
va hacia el tapete de los alvéolos
a jugar al póker;
oxígeno, sangre y placer
se sujetan muy bien al pecho
las cartas que el humo reparte
y lo que no saben es que todas,
todas,
están marcadas con nicotina
y que el juego está perdido
de antemano. Yo sé,
después de todo, que el humo
es un impostor,
un amante inevitable.



Cuca Roseta, Quem és tu afinal