Las flores del mal (Charles Baudelaire, versión de Antonio Martínez Sarrión, Ed. Alianza)
Me gusta el vino. Mucho. Soy de su tierra. Pareciera que Pozoamargo, Cuenca, no pegase para el nombre de un pueblo que tiene bastante dedicación por la viña. Pero Pozoamargo existe; su vino también. Dentro de una copa de vino casi siempre acaba saliendo una lengua, un brillo carmesí y un reflejo donde el mundo se acaba convirtiendo en luz y alimento. ¡Cómo no amar el vino! Amar el vino y dejarse caer en la simbiosis de su perfil oculto.
Por las sombras sabemos que una fotografía no está nublada. De vez en cuando al sol le gusta detenerse. Para los ojos, que ven de otra forma con respecto al objetivo, todo está bastante claro. Pero, para la cámara, no tanto: siempre hay un lado que precipita inquietud, demasiada quietud para la entraña del movimiento.
A Juan Carlos Gargiulo, amante de la calle instantánea. Su cuaderno: http://fotosemanal.blogspot.com/
Ellos fueron el instante. El gozo por el exterior, por una mañana lluviosa, por una infusión y por un buen cigarro. Ellos fueron furtivos de la monotonía y del tráfico que por la calle Alcalá pasaba.
Destas aves su nación Es cantar con alegría, Y de vellas en prisión Siento yo grave pasion, Sin sentir nadie la mía.
Ellas lloran que se vieron Sin temor de ser cativas, Y a quien eran más esquivas Esos mismos las prendieron: Sus nombres mi vida son Que va perdiendo alegría, Y de vellas en prision Siento yo grave pasion, Sin sentir nadie la mía.
'Serás dada al reclamo si me escuchas'. Esto lo que oí el otro día en el campo mientras caminaba. No si era dios la voz que se daba con gravedad a ese endecasílabo o era un poeta camuflado entre las jaras. ¿Cómo no sentirse reclamada si escuchas? Mirad si no esa perdiz en reclamo. El reclamo no es un ajuste de cuentas. Probablemente sea el reclamo el vuelo más favorable. Cuando escuché esa perdiz ya dispuse de inmediato el objetivo al acecho. Pillarla así, en su más extensa garantía salvaje era mi intención. Ojos cerrados. Ahora soy de las que me vinculo a la fotografía de la escucha. ¿No os ha pasado que cuando llevamos los oídos por delante y lo que escuchamos nos late nos acabamos haciendo un negativo del momento? De ahí que yo reclame aquí fotos de escucha, donde el pie de foto sea la sensación. Fuera cámaras.
Todo el abanico del sur es lo que tengo como rumbo. Todo el abanico del norte es lo que presiento. Creo que aún teniendo por brújula ese potente artefacto igual me perdería. Y cuando me pierdo suelo atender a la temperatura. El frío del norte me despeja y me agarrota a la vez. El calor me excita y me pone rumbo al fuego. Sé que las estrellas son inalcanzables, de ahí que navegar a remo y andar a pie sea el más próspero resultado de lo que me resta de vida. Espero que ésta se alargue lo suficiente.
Chão de Estrelas Maysa
Composición: Silvio Caldas / Orestes Barbosa
Minha vida era um palco iluminado Eu vivia vestido de dourado Palhaço das perdidas ilusões Cheio dos guizos falsos da alegria Andei cantando a minha fantasia Entre as palmas febris dos corações Meu barracão no morro do Salgueiro Tinha o cantar alegre de um viveiro Foste a sonoridade que acabou E hoje, quando do sol, a claridade Forra o meu barracão, sinto saudade Da mulher pomba-rola que voou Nossas roupas comuns dependuradas Na corda, qual bandeiras agitadas Pareciam estranho festival Festa dos nossos trapos coloridos A mostrar que nos morros mal vestidos É sempre feriado nacional A porta do barraco era sem trinco E a lua, furando o nosso zinco Salpicava de estrelas nosso chão Tu pisavas nos astros, distraída, Sem saber que aventura desta vida É a cabrocha, o luar e o violão.