jueves, 27 de enero de 2011

Caber

No te detengas nunca
cuando quieras buscarme.
Si ves muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra o tiempo,
guardia de voces, pasa.
Te espero con un ser
que no espera a los otros:
en donde yo te espero
sólo tú cabes.

Pedro Salinas, Razón de amor



Sólo tú cabes,
donde las piedras han reverdecido,
y el musgo allí es idioma del aire,
bajo nada uniforme,
y a cada paso estar
rodeados de todo.
Sólo tú cabes.

8 comentarios:

Salomé Guadalupe Ingelmo dijo...

Sospecho que Tú es muy afortunado. Espero que sea consciente de ello. Es curioso, para mí Pedro Salinas permanecerá para siempre ligado a un Tú que no está hace ya mucho tiempo, pero que de alguna forma seguirá estando siempre. Especialmente cuando leo Razón de Amor. Gracias.

El peletero dijo...

La razón tiene razones como esos muros de piedra o los anchos mares. Al final, como decía Turner: “La luna no me pertenece, tenemos un contrato. Cada cual se retira si no hay nada” (El cuaderno rescatado).

Normalmente no hay nada, nada uniforme, pero lo hubo.

El Aviador Capotado dijo...

El paseo ha sido un placer para mis ojos y oídos.

Inés González dijo...

Hay una paz prestada
en el costado
de toda forma.

Hay,
(prestada),
una forma de la paz
en todo grito.

Ventana indiscreta dijo...

Salomé:

Si Pedro Salinas entra en este espacio te diría que sobre ese Tú no cabe ninguna sospecha en cuanto a fortuna. Desde luego que ese Tú no es etéreo ni de piedra como la que muestro. En el tema del amor no me gusta utilizar la palabra afortunado más ligada para mí a la suerte. Cuando la razón del amor se antepone me gusta hablar más de arrastrado. El amor arrastra, y mucho.
También Pedro Salinas es un consuelo.

Ventana indiscreta dijo...

A mí, que soy tan adicta a la cocina como a la fotografía, apreciado Peletero te diría que en muchos momentos el trueque perfecto de la razón pudiera ser la sazón.
En efecto, la nada es el pariente más cercano de la soledad no deseada. No sabes lo que me alegra que la luna no tenga dueño, porque si ya se abusa de ella no te cuento si nos perteneciese. Pero la miro, la miro, por ser una gran hechicera. La luna está llena de cráteres y nos seduce porque la creemos redonda desde la tierra.

Ventana indiscreta dijo...

Aviador:

sobrevolar es lo que tiene cuando los ojos no se amilanan: placer. Siempre vuelo alto y sostenido. El vuelo rasante me parece destinado siempre a herir, sobre todo en la guerra.
Gracias por tu visita.

Ventana indiscreta dijo...

Inés:

Poema de dos piezas breves donde rascar. ¿Para eso se hicieron los costados, no?
¿Se grita siempre por el ansia de paz?

Ante esas piedras, de la provincia de Segovia, en Otero de Herreros, para más señas, siempre hallo la paz nada encubierta de quienes trabajaron para elevar la pared.

Besos.