jueves, 21 de octubre de 2010

Orfandad

Castañas, castañas,
las puedes tomar
en un cucurucho
para merendar...
El mes de noviembre
castañas nos da,
asadas, tostadas,
¡qué ricas están!
¡A las ricas castañitas,
asaditas, calentitas!



El otoño. Antes las ciudades olían a otoño, el fruto se precipitaba hacia ellas de forma necesaria, de forma natural. La castaña asada siempre fue preludio del frío. Te caía una en la mano recién y la bailabas hasta quitarle la piel sin quemarte. Ahora. Ahora siento que la orografía de la ciudad se queda huérfana si no surge el olor, si no te traspasa el fruto del otoño.

Estas fotos pertenecen a una castañera al pie del paseo marítimo de Oporto. Todavía se ven muchas castañeras. Oporto será aún decadente en muchas viviendas de su parte más antigua pero de lo que estoy segura es que aún no es una ciudad huérfana.