miércoles, 13 de octubre de 2010

Pêssego


Que tengamos la piel de pêssego (melocotón) debe ser el fin último de las empresas cosméticas. Desde luego que a mí la comparación no me agrada. De momento, la pelusilla del melocotón siempre me dio dentera. Pero ya ven, avanzan los estudios y la huerta más sirve para las cremas que para un buen gazpacho. Yo me quedo con lo segundo. También me quedo con mis imágenes de tomates en rama que, tras tres meses han llegado al estado que veis. Os puedo asegurar que eran igualitos a los de la fotografía publicitaria de la crema de SEPHORA. Tardaron en arrugarse, duros como pelotas de billar, pero, al final, la arruga es la porción más exacta de la vida. Otros dicen que es bella. Yo digo que la arruga es tal cual y que prefiero gastarme en bacalao lo que otr@s en cremas. O si no escuchad a los Siniestro Total.