domingo, 12 de septiembre de 2010

Café





Os invito a un café.
Elijan: café callejero o café sixtino. Lo de sixtino tiene su porqué. Vamos, que fue tirado en la cafetería aneja a la Capilla Sixtina, ese mítico lugar de pinturas en el techo por el que atraviesan miles de personas sin control y que, gracias a sus vahos, están provocando desconchones serios en las pinturas (Pinchad aquí para leer más). Vamos, que algún día se le cae el dedo al Dios nuestro señor y el mundo entra en pleno retroceso. Pero la pela es la pela, señores del Vaticano. Miguel Angel fue más, es más.
Y del café callejero solo os digo, si optáis por él, que está un poco aguado aunque visualmente de el pego.
Disfrutad y bailad la rumba que merece la pena.
Buen y soleado día tengáis.