miércoles, 9 de junio de 2010

Enverbascar

Ese es un verbo que se las trae. Me topé con él en la Guía INCAFO de las plantas útiles y venenosas de la península ibérica. En la cañaheja (o Thapsia Villosa L.)la anotación en el apartado de 'venenos' dice: "En Galicia se utiliza para enverbascar las aguas." Y cuando lo leí es como si dicho verbo me hubiera dado una tarascada. Miré. Vi que venía del verbasco o gordolobo. Debido a sus potentes alcaloides, se solían triturar sus hojas para echarlas al agua y, así, atontar a los peces.


Y hete aquí lo que yo vengo a sentir ante el desarrollo amoroso que fui captando estos días de la cañaheja fotografiada. Un mero capullo a modo de cohete para reventar de lo morado que se había puesto. Al final tenemos esa explosión de umbelas que tramarán semillas para luego abdicar hacia el suelo.
Y es que la planta, llegado el calor, sigue a pie juntillas los tres primeros versos de ese villancico de Juan del Encina.
Dije que volvería si veía al demonio. Y es que el eros siempre algo de demoniaco ha tenido para algunos afanados en el recogimiento. No para mí. Así que, cual vasca proclamo, ¡Eros vegetal, aúpa! Y atontémonos.





Ninguno cierre las puertas, Juan del Encina.



Ninguno cierre las puertas
si Amor viniere a llamar,
que no le ha de aprovechar.

Al Amor obedezcamos
con muy presta voluntad;
pues es de necessidad,
de fuerça virtud hagamos.
Al Amor no resistamos,
nadie cierre a su llamar
que no le ha de aprovechar.

Amor amansa al más fuerte
y al más flaco fortalece;
al que menos le obedece
más le aquexa con su muerte.
A su buena o mala suerte
ninguno deve apuntar
que no le ha de aprovechar.

Amor muda los estados,
las vidas y condiciones;
conforma los coraçones
de los bien enamorados.
Resistir a sus cuidados
nadie deve procurar
que no le ha de aprovechar.

Aquél fuerte del Amor
que se pinta niño y ciego
haze al pastor palaciego
y al palaciego pastor.
Contra su pena y dolor
ninguno deve lidiar
que no le ha de aprovechar.

El qu'es Amor verdadero
despierta al enamorado,
haze al medroso esforçado
y muy polido al grossero.
Quien es de Amor presionero
no salga de su mandar
que no le ha de aprovechar.

Fin.

El Amor con su poder
tiene tal juridición
que cativa el coraçón
sin poderse defender.
Nadie se deve asconder
si Amor viniere a llamar,
que no le ha de aprovechar.