martes, 30 de noviembre de 2010

Calado: dos jaicús diferentes

Ya lo dice Arnaldo Antunes en su canción: las cosas no tienen paz. Y ahí lo tienen, la nieve recién caída. Y nos creemos que la nieve va a quedarse así de dichosa y de blanca; y así de inmaculada. De eso nada (monada, dirá alguién). La nieve es lo que menos paz tiene. Y eso se nota por las huellas de los animales que no miran por donde pisan. Pero lo que no saben ellos es la capacidad delatora de la nieve. Y la carencia de paz también se notaría si sobre ella dos amantes se revolcasen, fundición creo que se llama, ¿no? Pues al grano, que la nieve no tiene paz y que, al menos siempre tiene un doble calado. Os dejo ese jaicú, como dice un amigo mío, que él escribe de oído y que aunque los japoneses digan haikú, él a lo Juan Ramón Jiménez: reivindicación del sonido (¡y qué razón tenía!, ¿lo cojen?).



Ha amanecido...
la nieve habla por ellos
amantes, huellas...



Ha amanecido...
la nieve habla por ellos
amantes, huellas...



As Coisas
Arnaldo Antunes
Composição: Arnaldo Antunes e Gilberto Gil

As coisas têm peso, massa, volume, tamanho, tempo, forma, cor, posição, textura, du-ração, densidade, cheiro, valor, consistência, pro-fundi-dade, contorno, temperatura, função, aparência, preço, des-tino, idade, sentido. As coisas não têm paz.

martes, 23 de noviembre de 2010

Celosía

El Enamorado y la Muerte

Un sueño soñaba anoche
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca
muy más que la nieve fría.
-¿Por dónde has entrado, amor?
¿Como has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.
-No soy el amor, amante;
la Muerte que Dios te envía.
-¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
-Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba,
más deprisa se vestía;
ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
-¡Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta, niña!
-¿Cómo te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio,
mi madre no está dormida.
-Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,
junto a ti vida sería.
-Vete bajo la ventana
donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
la Muerte que allí venía:
-Vamos, el enamorado,
que la hora ya está cumplida.


Mala suerte es disponer de una sóla hora para amar, como así le sucede al enamorado que al escalar se rompe y muere.
De esta celosía me inquieta la ruptura de las puntas de los cuatro copos de abajo. Porque para mí es una celosía de nieve, con todas sus estrellas. Mirar y no ser visto, no ver quien te confiesa con los ojos me revuelve. Pero ese punto cotilla que engendran estas puertas tan comunes en Oporto me lleva a averiguar los intersticios de la entrada de la casa abandonada. Pienso muchas veces en esa celosía que hay tras el amor, lo que el emamorad@ ve sobre los demás y lo que los demás no ven.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Claridad


Hallarse demorada en el río del noviembre que empuja el otoño hacia el invierno tiene la ventaja de dejarse arrastrar por la corriente. Vengo aquí, a este preci/o/so lugar, a verme distorsionada. Los espejos siempre tienen una parte canalla que te muerde hasta la rabia: fractura para ellos es mi deseo. Me tengo bien vista , a través y frente al espejo. Ahora no quiero ni depilarme las ideas, que las cejas naden cual barcas a la deriva, que mi miopía haga claro lo que las manos toquen y que el río me nade hasta reventarme de música, o de nieve, por poner dos ejemplos de frutos deseados. Un meteorito me ha derribado en esta estación de las hojas convulsas.

Jardin D'hiver

Stacey Kent



Je voudrais du soleil vert
Des dentelles et des théières
Des photos de bord de mer
Dans mon jardin d'hiver

Je voudrais de la lumière
Comme au Nouvelle Angleterre
Je veux changer d'atmosphère
Dans mon jardin d'hiver

Ma robe à fleurs
Sous la pluie de novembre
Tes mains qui courent
Je n'en peux plus de t'attendre
Les années passent
Qu'il est loin l'âge tendre
Nul ne peut nous entendre

Je voudrais du Fred Astaire
Revoir un Latécoère
Je voudrais toujours te plaire
Dans mon jardin d'hiver

Je veux déjeuner par terre
Comme au long des golfes clairs
T'embrasser les yeux ouverts
Dans mon jardin d'hiver

Ma robe à fleurs
Sous la pluie de novembre
Tes mains qui courent,
Je n'en peux plus de t'attendre
Les années passent
Qu'il est loin l'âge tendre
Nul ne peut nous entendre


Je voudrais du soleil vert
Des dentelles et des théières
Des photos de bord de mer
Dans mon jardin d'hiver

Je voudrais de la lumière
Comme au Nouvelle Angleterre
Je veux changer d'atmosphère
Dans mon jardin d'hiver

Ma robe à fleurs
Sous la pluie de novembre
Tes mains qui courent
Je n'en peux plus de t'attendre
Les années passent
Qu'il est loin l'âge tendre
Nul ne peut nous entendre

Je voudrais du Fred Astaire
Revoir un Latécoère
Je voudrais toujours te plaire
Dans mon jardin d'hiver

Je veux déjeuner par terre
Comme au long des golfes clairs
T'embrasser les yeux ouverts
Dans mon jardin d'hiver

Ma robe à fleurs
Sous la pluie de novembre
Tes mains qui courent,
Je n'en peux plus de t'attendre
Les années passent
Qu'il est loin l'âge tendre
Nul ne peut nous entendre


Je voudrais du soleil vert
Des dentelles et des théières
Des photos de bord de mer
Dans mon jardin d'hiver

Je voudrais de la lumière
Comme au Nouvelle Angleterre
Je veux changer d'atmosphère
Dans mon jardin d'hiver

Ma robe à fleurs
Sous la pluie de novembre
Tes mains qui courent
Je n'en peux plus de t'attendre
Les années passent
Qu'il est loin l'âge tendre
Nul ne peut nous entendre

Je voudrais du Fred Astaire
Revoir un Latécoère
Je voudrais toujours te plaire
Dans mon jardin d'hiver

Je veux déjeuner par terre
Comme au long des golfes clairs
T'embrasser les yeux ouverts
Dans mon jardin d'hiver

Ma robe à fleurs
Sous la pluie de novembre
Tes mains qui courent,
Je n'en peux plus de t'attendre
Les années passent
Qu'il est loin l'âge tendre
Nul ne peut nous entendre

jueves, 18 de noviembre de 2010

Victoria

...O leise, leise,
tu ein liebes vor ihm, eim, ein verlässliches Tagwerk, -führ ihn
nah an an den Garten heran, gib ihm der Nächte
Úbergewicht...
Verhalt ihn............

...Ah callada, callada
proponle una amorosa, una confiada tarea diaria; llévale
a acercarse al jardín, dale la preponderancia
de las noches....
Retenle........

Rainer Maria Rilke, tercera Elegía (Elegías de Duino)

Con una pluma escribiría sobre esta nube. Imagináoslo. La tinta precisa, elocuente. La luz de un ocaso que ahora rescato. Retener en la retina un momento que, en segundos, avanza y cambia. Retener una nube: eso sí es una Victoria. Victoria, sí, Victoria con mayúsculas. Todo el acontecer supremo lleva mayúsculas. Y este atardecer para mí lo fue. Al acecho y hacia el horizonte para conseguir esta Victoria visual. Una emplea los ojos para comerse el mundo que merece la pena: el de las sensaciones. Sí, ya sé que hay sensaciones que duran un suspiro, pero para eso está la memoria, el recuerdo y la evocación. Y ahora quiero ir al sur, o al norte, o al oeste, o al este del norte. Estoy hecha de puntos cardinales. Y siempre reclamaré la Victoria del momento, la Victoria que me apunto en el alma que luego transgrede al poema.



Suspiro (Roberto Fonseca, Álbum: Zamazu)

domingo, 14 de noviembre de 2010

Antihorario


Existe un diálogo permanente en todo lo que nos rodea. Un diálogo silencioso que, al menos para mí, es el más pertinente. Basta quedarse como observadora en un parque para ver como percibes las palabras de los cogotes. El señor del sombrero giró, en sentido antihorario, 90º para ir acercándose a la chica de al lado que, simplemente leía un libro. El sentido antihorario de las cosas es muy recomendable. Y, os lo juro, yo, en todo momento, tuve en cuenta lo que el señor le iba diciendo en lenguaje reservado y oculto y cómo ella, aparentemente al margen, le contestaba en ese intento de entenderse en una grata conversación.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Disfraz

Mateo 7, 15-20

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.


Habrá quien piense que he suplantado cigüeñas por corderos y ovejas en esta finca. No. Mi única intención es poneros en bandeja mi asombro. Había visto concentraciones similares, pero de grullas, allá por la laguna de Gallocanta. No quise, de todos modos, perturbar su reposo ganadero o tan siquiera adivinar de si se trataba de algún disfraz utilizado por las amigas lanudas. Cambio lana por pluma. La cigüeña tiene buena prensa, no así el lobo. Pero yo no me fío de la cigüeña y de su crotorar. Y, además, la idea de rebaño no me seduce.





ANTONIO CALDARA
La morte d’Abel figura di
quella del nostro Redentore

(Pietro Metastasio)

Parte prima

Abel

Quel buon pastor son io,
Che tanto il gregge apprezza
Che per la sua salvezza
Offre se stesso ancor.

Conosco ad una ad una
Le mie dilette agnelle
E riconoscon quelle
Il tenero pastor.

Traducción

Abel

Soy ese buen pastor
que ama tanto a su rebaño
que él mismo se ofrece
para su salvación.

Conozco a cada uno
de mis queridos corderos
y ellos reconocen
a su cariñoso pastor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Memoria



Visto así, con unos ojos objetivamente inquisidores, diríamos que por este tronco ha pasado el tiempo a golpe de hachazos. Un tronco que aún resiste a la intemperie, un tronco amoratado, un tronco-cuenco que hace de recipiente de la lluvia ahí descuidada.

Visto con otros ojos, con ojos incrustados de interior, diríamos que es un corazón ya rajado, un corazón que aún medita su sangre, un corazón que importuna a los recuerdos vivos, un corazón en permanente sangre.

Cada uno que vea lo que quiera. Yo tan sólo, ya con el viento frío en el cuerpo, percibo la leña minuciosa que siempre hablaba dentro de las porciones más vivas del invierno.



Apelo

Elizeth Cardoso

Composição: Baden Powell/ Vinicius de Moraes

Ah! meu amor não vás embora
vê a vida como chora
Vê que triste esta canção
Não eu te peço não te ausentes
pois a dor que agora sentes
Só se esquece no perdão

Ah! minha amada me perdoa
pois embora ainda te doa
A tristeza que causei
Eu te suplico não destruas
tantas coisas que são tuas
Por um mal que já paguei

Ah! minha amada se soubesses
da tristeza que há nas preces
Que chorar te faço eu
Se tu soubesses do momento
quanto ao arrependimento
Como tudo entristeceu

Se tu soubesses como é triste
eu saber que tu partistes
Sem sequer dizer adeus

Ah! meu amor tu voltarias
e de novo cairias
A chorar nos braços meus (2x)

viernes, 5 de noviembre de 2010

Adherir / Ad-herir


Sentir la placidez de ese verbo que nos entra gratamente: herir.
Asociado como está a la herida no lo quiero yo ahora.
Veo ese líquen adherido a la piedra y me conmueve.
Me conmueve la elección: esa piedra, ese norte que nutre; y la herida que en gozo me provoca: gozo, gozo, gozo. No quiero ir nunca a la zaga del gozo. Quiero ir de su mano, a su par. El gozo del lugar elegido, el gozo de entenderse, el gozo de extenderse.
Adherirse es un verbo a tener en cuenta.


También se me adhiere (¡Y de qué forma!) el Ave María de Schubert