sábado, 30 de octubre de 2010

Semáforo

Estas fotos son del final del verano. El panorama a día de hoy no ha variado ni un ápice. Ese señor no duerme ahí: hace la vida ahí, barre su lugar, mima su rincón. Aún no he hablado con él. Os lo presentaré algún día. Mientras, él seguirá tan curioso: cubrirá su casa los día de lluvia. Para él un gran plástico y unas pinzas son fundamentales. Fuma y observa. Este hombre no sabe que gracias a un semáforo que hay en la calle lo fotografío. No intuye que cuando coincido delante de él y llevo la cámara lo capto. El semáforo en rojo siempre nos hace parar. Me pregunto ahora cuántas paradas hacemos en ese semáforo que llevamos en nuestro interior y que, de vez en cuando, se pone en rojo.



12 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

Triste ¡¡¡¡ La soledad siempre es triste...

mateosantamarta dijo...

Aunque éste es un caso extremo, en cierto modo, todos estamos viviendo un poco así. A veces aún peor: cuando la casa interior también se desmorona.
He vivido en celdas de aislamiento y sé que lo importante es no amilanarse.
Dejé un comentario tardío en tu entrada anterior que me recordó que tenía que asar -tostar se dice en mi pueblo- unas castañas.
Un abrazo, Sofía.

alfonso dijo...


Nuestros semáforos interiores, en rojo, nos alertan de aquello que no queremos ver. Están listos para protegernos de aquello que nos hace daño, sin considerar que formamos parte de una sociedad que permita que alguien esté de late de un semáforo, o detrás, o en otro sitio pero, al fin y al cabo, alguien viviendo en una sociedad injusta.
Tu buena foto nos ayuda a reflexionar.

un beso

CR & LMA
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ybris dijo...

Es lo bueno de los semáforos.
Nos hacen parar y mirar.
A veces ni miramos ni vemos.

Besos.

El peletero dijo...

Los semáforos son un invento norteamericano y gracias a ellos no chocamos.

La tienda que nos retratas parece un plástico encima de un paraguas dibujando una forma semicilíndrica ancestral, igual que los iglús esquimales y los wigams apaches.

Saludos.

Ventana indiscreta dijo...

Miquel:

Siempre me quedo fija en la soledad, no la deseo, pero me atrae, me remueve por dentro.

Para ti:

A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.

Ventana indiscreta dijo...

Mateo:

la castaña es un humilde y nutritivo alimento. La soledad no se si perturba tanto como alimenta.
El mundo a través de una celda no querida e impuesta siempre es desgarrador.

Para ti:

¡No sé qué tiene la aldea
donde vivo y donde muero,
que con venir de mí mismo
no puedo venir más lejos!

Ventana indiscreta dijo...

Santanderino:

Muchos hace tiempo que tienen fundifa la luz roja de parar, detenerse y mirar.
La sociedad, en general, es un tira adelante y no mires para atrás. Os contaré sobre estre hombre.

Para ti:

De cuantas cosas me cansan,
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.

Ventana indiscreta dijo...

Ybris:

Es lo bueno de los espacios que, al menos éste, acogen a la gente con humildad y generosidad. es un caso curioso porque nadie toca ni se mete con ese reducto/casa del señor.
En cierta medida los semáforos regulan nuestra mirada.

Para ti:

Sólo sé que no sé nada,
dijo un filósofo, haciendo
la cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.

Ventana indiscreta dijo...

Peletero:

¿Viste la inteligente película de 'Dersu Uzalá'? Gracias al 'iglú' con retamas y otros ramajes logran salvarse del temporal gélido. Ya sé era una película de Kurosawa, pero el frío existe.

Para ti:

Sin ser pobres ni ser ricos,
tienen chimenea y huerto;
no los despiertan cuidados,
ni pretensiones, ni pleitos.

Anónimo dijo...

Soledad en medio de la multitud. Es la pura ciudad.

Pues si, espero que nos lo presentes algún día.

Buen blog :)

un saludo

Diana dijo...

Creo que todos deberíamos alguna vez fumarnos un cigarro en un parque como este señor.
Quizás mi semáforo sea siempre rojo.