miércoles, 13 de octubre de 2010

Pêssego


Que tengamos la piel de pêssego (melocotón) debe ser el fin último de las empresas cosméticas. Desde luego que a mí la comparación no me agrada. De momento, la pelusilla del melocotón siempre me dio dentera. Pero ya ven, avanzan los estudios y la huerta más sirve para las cremas que para un buen gazpacho. Yo me quedo con lo segundo. También me quedo con mis imágenes de tomates en rama que, tras tres meses han llegado al estado que veis. Os puedo asegurar que eran igualitos a los de la fotografía publicitaria de la crema de SEPHORA. Tardaron en arrugarse, duros como pelotas de billar, pero, al final, la arruga es la porción más exacta de la vida. Otros dicen que es bella. Yo digo que la arruga es tal cual y que prefiero gastarme en bacalao lo que otr@s en cremas. O si no escuchad a los Siniestro Total.



11 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

a mi el que me da repeluz es ese cosmético de las babas de caracol...ajjj

jg riobò dijo...

Modélico el tratamiento de los frutos.

Inés González dijo...

Oye Sofía, no podría yo inocularme toda esa bomba química para tardar en arrugarme como tus tomates, no dices que los dejaste a la intemperie y les cayó rayos, centellas y culebras, resistiendo como el Eternauta el consumirse?
Tus razonamientos están bien, pero mi niña no sea Ud tan purista, eso lo dice ahora, que es una pendejita reluciente, lozana y bella, ya la quiero oir en una decada cuando empiece como los tomates a perder el candor.
Seguramente me dirá "Doña Inés cual era su secreto para esconder las sotas bajo la manga?"
Las dos cosas vienen bien al cuerpo, un buen gazpacho y por qué un tratamiento rejuvenecedor de Chanel, o de baba de camello, no?
Tus tomates son increíbles, esa cámara les registra hasta el ADN, mejor no me pongo en tu línea de disparo a ver si me sacas los bigotes.
Bssss pebeta

El peletero dijo...

Me agradan tus fotografías forenses, de entomólogo, precisas, claras y sin alardes, en ellas hay la cantidad necesaria de realidad, ni más ni menos, la justa para el ojo, el buen gusto y el buen juicio.

Saludos.

Alfredo J Ramos dijo...

Estos últimos acechos tuyos mucho me recuerdan los diálogos y reflexiones de Antonio López en El sol del membrillo. Quizás porque el objetivo buscado es parecido, no sé. Creo que aquí consigues retratar también lo que el tiempo hace con nosotros y nuestras entretelas. Y cuánta belleza puede haber en la madurez (ya sabes, el estadio previo a la putrefacción...).

Excelentes fotos y qué bien contadas.

Ventana indiscreta dijo...

Miquel:

quizá el repelús no sea tanto la baba como su lentitud.

Ventana indiscreta dijo...

jg:

más que modélico yo aludiría a la paciencia y a la espera, luego la foto viene sola.

Gracias.

Ventana indiscreta dijo...

Doña Inés:

desde luego que usted habla desde la ventaja de saberse mayor que yo y, encima, lozana. Cierto que me saca unos años pero le aseguro que las cremas faciales entrarán en mí las justas y cabales. Sabe que a los rostros humanos me gusta fotografiarlos desde lejos y que en ningún momento me gustan los macros de esos rostros a los que se los ve hasta los caños de las barbas. Asi que, aún le puede crecer un poco el bigote que sobre impresionado en la cámara no saldrá.
Afectuosa.

Ventana indiscreta dijo...

Apreciado Peletero:

que usted no haya pasado por este blog durante un tiempo ha supuesto la falta de la disección oportuna y combatiente. Ni herida ni vencida, sólo callada estuve. O calladita. Su dialéctica enseña.
Le dedicaré una próxima entrada titulada 'Zoom 2', entomóloga hasta la médula.

Ventana indiscreta dijo...

Alfredo J. Ramos:

entretelas es una palabra que ya tengo muy asociada a nuestra compañera Shandy, sastra de buenos textos cuando provienen de sus entrepaños.
Víctor Erice está entre mis directores favoritos. 'El sol del membrillo' esta ente mis películas contemplativas más bellas. No todo el mundo soporta esa quietud porque casi nadie sabe admirar el buen cine y el buen gusto. Me das 'El sol...' frente a 'Avatar' y ya sabes con cual me quedo.
De la madurez a la putrefacción hay un estadio mágico de pensamiento de lo que realmente somos.

¿Viste 'Carancho'?

Saludos y gracias.

XuanRata dijo...

La primera es perfecta hasta en el dibujo de las sombras. La segunda no lo es tanto pero al asomar los bordes del plato el blanco adquiere una tenue concavidad y nos acerca el pêssego como una ofrenda pagana, de una sensualidad inquietante.