lunes, 21 de junio de 2010

Cadena



Puede que de aquí a unos años (no vamos a ser agoreros) la única pista que nos quede para recordar a los lagartos sea un piedra. Y no porque el lagarto se haya fosilizado con coloración incluída sino por ser en color liquenado la piedra lo más parecido a un lagarto. Ocelado en el caso de la foto. Y no lo digo yo que toco más las plantas que los animales por profesión sino estudios científicos vinculados al cambio climático, cambio del que todavía algunos dudan. ¿Quién dijo hasta el 40 de Mayo no te quites el sayo? Hoy, sin ir más lejos, 21 de junio, la mañana era de sayo o saya y el ir a camisa pelá a las 7 de la mañana era de osados. Ya ven, pasando el 50 de mayo y así andamos. Veremos el calor cómo nos trata este verano.
Pero retomo el estudio sobre la influencia del cambio climático en los lagartos que pueden encontrar AQUÍ.

"Puede sorprender un efecto tan letal del calentamiento en unos animales que suelen estar al Sol, en condiciones de calor. Pero su biología, su regulación térmica, pone un límite. Los lagartos y lagartijas necesitan exponerse al calor ambiental, pero se retiran a refugios frescos cuando es excesivo y aquí es dónde el aumento de la temperatura resulta fatal, ya que el tiempo que pasan refugiados no están buscando comida y, si ese tiempo aumenta porque hace fuera más calor de lo normal, comen menos. Esto repercute en su reproducción y, por tanto, en la supervivencia de la especie."

Ahí es nada, la supervivencia de la especie. Y la nuestra, desde luego. Esto es una cadena. Es la única cadena que admito: la que me liga a los animales y la naturaleza.

Al lagarto ocelado de la foto no le tendí ninguna trampa. La red del fondo es muy habitual en las fincas manchegas que se coloca para evitar que los conejos coman los brotes del cereal de invierno. El lagarto me salió en pleno verano y se topó con la red. Y me avisó con cara de pocos amigos.



PASO (Lagarto amarillo)




Supongo que en la vida he intentado explicarme como es que perder o ganar consiste en distinguir si la gente va o no de farol. A veces me parece entender que el mensaje es que corra y no mire hacia atrás, si giran los molinos de viento en mi cuento de nunca acabar.

Paso de leerme otra vez todo lo que he leído ya, para en ese tiempo hacerte entender a ti y a todos los demás...

...que yo camino recto, que nunca freno mi paso, pase lo que tenga que pasar. Vengo andando de lejos y traigo cansados los brazos de tanto meterme a pelear. Que yo camino recto, nunca vuelo bajo y tengo claro donde tengo que llegar. Que nunca paro quieto y siempre lo intento una vez más.

Te cambio los globos de colores, las fotos, las flores que sé de qué van por un par de bidones petaos de petróleo ilegal. Y entonces me parece entender que el mensaje es que corra y no mire hacia atrás, que paren los molinos de viento en mi cuento de nunca acabar.

Paso de leerme otra vez todo lo que he leído ya, y me sobra tiempo pa’ hacerte entender a ti y a todos los demás...

...que yo camino recto, que nunca freno mi paso, pase lo que tenga que pasar. Vengo andando de lejos y traigo cansados los brazos de tanto meterme a pelear. Que yo camino recto, nunca vuelo bajo y tengo claro donde tengo que llegar. Que nunca paro quieto y siempre lo intento una vez más.

Paso de correr un velo, paso de gastar saliva, si quieres romper el hielo nos vemos a la salida. Paso de cortarme un pelo, rompo lonchas y tiro millas, tengo los pies en el suelo y...

(digan lo que digan)

...paso de correr un velo, paso de gastar saliva, si quieres romper el hielo nos vemos a la salida. Paso de cortarme un pelo, rompo lonchas y tiro millas, tengo los pies en el suelo y...

(siento y pienso y veo)

...que yo camino recto, que nunca freno mi paso, pase lo que tenga que pasar. Vengo andando de lejos y traigo cansados los brazos de tanto meterme a pelear. Que yo camino recto, nunca vuelo bajo y tengo claro donde tengo que llegar. Que nunca paro quieto y siempre lo intento una vez más.

Que paren los molinos de viento en mi cuento de nunca acabar.

10 comentarios:

XuanRata dijo...

Entre el lagarto y la piedra hay una clase de simbiosis que cada vez se nos hace más extraña. Nos falta cercanía con la piedra.

JosepMª dijo...

El lagarto
es uno de los animales
más coloristas
de nuestras tierras.
Amarillo.
Verde.
Azul.
Son bellísimos.

Los líquenes
sobre la piedra,
guardan una curiosa semejanza
con la piel del lagarto.
Sagaz comparación.

La especie humana
está extinguiendo otras especies.

El lagarto está llorando...

Shandy dijo...

Manchega, las fotos me acaban de recordar a unos cromos que coleccionaba en unos albumes de la infancia: Vida y Color.
El lagarto acabará pensando que lo mejor del sol es la sombra, pero por lo que explicas no le conviene la dieta, porque sino come, no hay lagarto ni lagarta con delantalitos blancos... ¿Acabarán llorando, de luto y sin líquenes, hasta las piedras?
Lo del cuarenta de mayo pensé que sólo era para el norte que está tan desnortado como la paloma con el cambio climático.
Me gusta la letra del Lagarto amarillo, lo de "No paro quieto y siempre lo intento una vez más". Teimudas que somos! Lo del camino recto... ya me parece complicado.
Bicos

mateosantamarta dijo...

Estupendas fotos amiga. De pequeño, en mi pueblo era muy fácil ver lagartos y culebras, ranas por cientos...Todo eso está muy lejos. Repoblaron una vez y desaparecieron rapidamente. Un abrazo. También estan los insecticidas, herbicidas, fungicidas etc.

Ventana indiscreta dijo...

Desde luego Xuan que la piedra que albergue un lagarto es menos extraña que otras.
Tambien podemos decir que nos sobra lejanía con las piedras mientras estamos atiborrados de asfalto.
Esos hechos puntuales que sobrevienen en el campo son de agradecer.

Ventana indiscreta dijo...

Querido Josep:

El lagarto está llorando
(Federico García Lorca)

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantaritos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y lloran.
¡ay! ¡ay!, cómo están llorando!


Miguel, mi hijo pequeño tiene impresa esa poesía en su agenda escolar. Se la sabe medio de memoria. A mí ese poema no deja de abastecerme ternura como aflicción noticias como la que he recomendado.

Ventana indiscreta dijo...

Gallega, ¿conocías este poema de quien no creo que siguiese caminos rectos?

La celebración del lagarto

Poema de Jim Morrison

Leones en la calle, vagabundos Perros en celo, rabiosos, espumeantes.

Una bestia enjaulada en el corazón de una ciudad

El cuerpo de su madre se pudre en el suelo veraniego.

Abandonó el pueblo.

Se fue al sur y cruzó la frontera dejó el caos y el desorden atrás, sobre su hombro.

Una noche se levantó en un hotel verde con una extraña criatura gimiendo a su lado.

El sudor rezumaba de su brillante piel.

¿Están todos adentro? La ceremonia está a punto de comenzar.

¡Despierta! No puedes recordar dónde fue. ¿Se había detenido este sueño?

La serpiente era de oro pálido, de vidrio y encogida.

Tuvimos miedo de tocarla.

Las sábanas eran calientes prisiones muertas.

Y ella estaba junto a mí, Vieja, no es ella... joven, su cabello rojo oscuro.

Su suave piel blanca.

Ahora corre al espejo del baño. ¡Mira¡ Está entrando.

No puedo vivir a lo largo de cada lento siglo de su movimiento.

Dejo que mi mejilla se deslice por el suave mosaico frío.

Siento la picante sangre fría.

El suave silbido de las serpientes de la lluvia...

Una vez tuve un jueguito. Me gustaba agazaparme atrás de mi cerebro.

Creo que sabes el juego al que me refiero.

Me refiero al juego que se llama "volverse loco".

Ahora tú deberías intentar este jueguito.

Sólo cierra los ojos, olvida tu nombre.

Olvida el mundo, olvida a la gente.

Y erigiremos un campanario diferente

Es divertido este jueguito.

Sólo cierra los ojos, no hay forma de perder.

(En la próxima te adjunto la continuación del poema).

Ventana indiscreta dijo...

Ya estoy aquí, ahí voy también. Relájate, estamos llegando...

A lo más profundo del cerebro, dándole vueltas a mi dolor, a donde no hay lluvia.

Y la lluvia cae suavemente sobre el pueblo

y sobre las cabezas de todos nosotros

y en el laberinto de arroyos entre la callada presencia sobrenatural

de nerviosos moradores de las gentiles colinas de los alrededores.

Abundantes reptiles, fósiles, cavernas, cumbres de aire frío.

Cada casa repite un molde, las persianas bajadas,

la carreta encerrada contra la mañana.

Todos duermen ahora. Alfombras calladas, espejos vacíos.

Polvo ciego bajo los lechos de parejas casadas envueltas en sábanas e hijas,

manchadas con ojos de semen en sus pezones.

¡Esperen! Aquí ha habido una matanza.

No te detengas a hablar o curiosear.

Tus guantes y abanico están en el suelo.

Nos vamos de la ciudad.

Estamos en fuga y tú eres el único que quiero que venga.

No toques la tierra.

No veas el sol.

No hay nada que hacer más que correr,

correr,

correr.

Corramos.

La casa en la colina;

la luna reposa tranquila las sombras de los árboles atestiguan la brisa salvaje.

Ven, nena,

corre conmigo.

Corramos.

Corre conmigo.

Corre conmigo.

Corre conmigo.

Corramos.

La mansión es cálida, en la cima de la colina.

Costosas son las habitaciones

y las atenciones ahí Rojos son los brazos de sillas lujuriosas

y no sabrás nada hasta que entres

El cadáver del presidente en el carro del chofer...

El motor arranca con pegamento y alquitrán.

Vamos, no vamos muy lejos al Oriente a conocer al Zar.

Corre conmigo.

Corre conmigo.

Corre conmigo.

Corramos.

Algunos forajidos viven a un lado del lago...

La hija del ministro está enamorada de la serpiente que vive en un pozo al costado del camino.

Levántate, chica, casi llegamos a casa.

Sol, sol, sol,

Arde, arde, arde Pronto,

pronto, pronto Luna,

luna, luna Te alcanzaré

¡Pronto! ¡Pronto! ¡Pronto!

Soy el Rey Lagarto puedo hacer lo que quiera.

Venimos de los ríos y autopistas.

Venimos de bosques y cascadas.

Venimos de Carson y Springfield.

Venimos encantados de Phoenix

y te puedo decir los nombres del reino.

Te puedo decir las cosas que sabes escuchando un puñado de silencio escalando valles en la oscuridad.

Por siete años habité en el disoluto palacio del exilio jugando extraños juegos con las chicas de la isla.

Ahora he regresado de nuevo a la tierra de los justos y los fuertes y los sabios.

Hermanos y hermanas del pálido bosque.

Oh, hijos de la noche ¿Quién de ustedes se unirá a la cacería?

Ahora la noche llega con su legión púrpura.

Retírense a sus aposentos y a sus sueños.

Mañana llegaremos a mi pueblo natal. Quiero estar listo.


Beixos.

Ventana indiscreta dijo...

Mateo:

¡Hay tanto derroche de veneno malo!

Porque, ¿estarás conmigo que el veneno de una cobra es bueno?

mirada dijo...

observo...
siento...
digan lo que digan...
algún día te haré un librito.
Gracias, Sofía.