lunes, 14 de diciembre de 2009

Ceneri



Por un tiempo seré cenizas. Ya veis.
Por un tiempo recordaré, por un tiempo
entraré, lo más moldeado del fuego
me invita a ser partidaria
de ese particular silencio,
fundición de la voz hacia lo más
detallado donde murmura lo de adentro.



Pietro Metastasio

Mio ben ricordati,
Se avvien, ch'io mora:
Quanto quest' anima
Fedel t'amò.

E se pur amano
Le fredde ceneri;
Nell' urna ancora
T'adorerò.

Fornitura

La hebra de hilo

Una hebra de hilo en la manga de una
chaqueta vieja. ¿Desde cuando está allí?
Una chaqueta colgada en un armario
roído por la carcoma. Es vieja y el polvo
también sobre la hebra, sobre la madera
del viejo armario, del que solo cuelga
esa única percha, con esa única prenda,
con esa única hebra. Unas manos omisas,
unas manos sin cuerpo, sin rostro , quizás
sin tiempo para más, colocaron sin mimo
la chaqueta en la percha, la percha en el armario
y después, disipándose entre el polvo y el tiempo
olvidaron la hebra apenas sostenida. Incluso
el mínimo aire de un suspiro la hubiera desprendido.
o, un portazo fortuito, en esa estancia
donde solo acude la pereza del polvo
que cubre la madera carcomida del armario
la percha, la chaqueta, la hebra de hilo en equilibrio.

Manolotel





¿Para cuanta fornitura daría todo ese hilo?
¿Se podría hacer una bufanda para estos días normalmente fríos que nos vendrán?
¿Regresaría Teseo después de matar al Minotauro?
¿Y de Ariadna? ¿Quién se atreve a decirme algo?
¿La cruz de Mari Luz tiene que ver algo con la tela de una araña?
Ante el hambre, ¿seríamos capaces de ejecutar una creación tan sofisticada, tan estética?
Cuando se desmorone esa tela, ¿adivinaremos alguna hebra en la pita?

A ver, Sofía, no líes más la manta. Reconoce que lo elaborado por la araña posee un equilibrio perfecto. Oye tú, 'equilibrio perfecto' es un pleonasmo. Vale, pues reconoce que es un poema visual lo fotografiado. Di lo que quieras, pero tiene equilibrio delicado.




Y tenía que bordar Mari Luz punto de cruz, en hilo azul -borda que te bordarás- sentadita ente la ventana, parecía porcelana de biscuit: trajecito de organdí, con lacitos carmesí, pobre rosita de pitiminí.
Y sus padres la querían casar con un brillante ingeniero industrial: "si ahora no le quieres, ya le querras. con la costumbre, el amor llegará.". Y ella soñaba con Superman, y con Tarzán. con Peter Pan... Escondida en el desván, devoraba tebeos y cuentos, y era su mayor tormento no ser huerfanita de París, india del Mississipi, pobre rosita de pitiminí. Y no le dejaban nunca mirar alrededor, y no le dejaban nunca estudiar algo mejor -borda que te bordarás en tu ajuar-. Y creía en la pequeña Lulú -borda que te bordarás, Mari Luz y en Winnie Pooh -borda que te borda con hilo azul. Punto a punto a punto bordarás tu cruz.