miércoles, 9 de diciembre de 2009

Photoshop 2

EL HOMBRE INVISIBLE (Los viajes sin fin, 1993)
Juan Luis Panero, Poesía completa, Ed. Tusquets

Se mira en el espejo que ya no le refleja,
todo, menos él, aparece en la fría superficie,
la habitación, muebles y cuadros, la variable luz del día.
Así aprende, con terror silencioso, a verse,
no en los gestos teatrales —aún rasgos humanos— de la muerte,
sino en los días de después, en el vacío de la nada.
Inútil cerrar los ojos, estúpido romper el terco espejo,
buscar otro más fiel o más amable.
Es él sólo, el hombre invisible, el que desaparece,
es sólo él, una huella borrada,
que no contempla a nadie, porque es nadie,
la nada en el cristal indiferente de la vida.






Ya hice mención al photoshop en una entrada anterior donde las cadenas
y la moda tenían cierta equivalencia. Ahora, en estas fotos que presento, la tentación se me esfumó del todo en el intento. Me dije, quiero ver sólo árboles delante de mi casa. Adelante Sofía, aplica el photoshop. Pero, ay de mi exagerada ejecución, tanto difuminé a los bloques de pisos que al poco me cargo el paisaje. Sólo dejé niebla. Me dije en ese momento, no, yo no quiero ser en lo invisible, quiero ser alguien. Así que soplé y soplé. El viento restauró el excesivo silencio.