jueves, 3 de diciembre de 2009

Pompa




Claro que no somos una pompa fúnebre

Gioconda Belli


Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.

Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.

Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.

Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada

porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semillas
y habitación de una sonrisa íntima
que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.



Claro que no somos pompas fúnebres. Andan por ahí, por algunos cuadernos los arrullos poéticos y no quería yo dejar de musicarlos. Pero me faltaba la imagen. Que hoy voy en son de paz, que quiero dormirme por unos días a la vez que sufragar vuestros sueños. Elegid el arrullo que más os convenga. Y la imagen es la de la mastina de mi tío Eduardo con sus crías. Ella se llama 'Pompa'. De pequeña la recuerdo oronda y peludita. Pesar ya pesaba, así que lo de pompa no sería por lo de liviana. Os dejo. Y sonreíd.