miércoles, 14 de octubre de 2009

Photoshop 1



Desazón amig@s es lo que siento al haber aceptado este trabajo. Una marca de ropa muy relacionada con ese violín que tanto vale me citó para fotografiar a unas modelos en un garaje. ¡Por dios, qué lugar!, dije yo. No habrá otro sitio más confortable (y foteable) para fotografiar a estas nenas tan benditas, tan humilladas. Allí hicimos la sesión, entre grasas, ruedas y rodamientos. Rodaje perfecto, mejor, sesión fotográfica perfecta. Mando las fotos por correo electrónico y...¡qué me encuentro! No lo dudé, llamé a Valérie Boyer y me asesoró. 'Vamos a meter caña al photosop en Francia', me dijo la diputada de Sarkozy. ¡Uy, Nicolás!, me dije, que mi derecha sea la mitad que la vuestra si llega al poder. Quedé asombrada, de verás. Mis niñas eran rosaditas, alegres, rezumaban desparpajo. Las veo ahora y me digo, me pregunto, ¿qué has hecho de ellas, photoshop, las has adelgazado, las has puesto tristes, y para colmo las has puesto no entre rejas, algo peor, entre cadenas, eh, photoshop? Ahora, mientras leen, si quieren, el enlace de la diputada francesa o mientras escuchan el tema 'Desengaño y pasión' de Manolo Carrasco pregúntensen si no hay exceso de photoshop en la vida real. ¿A cuánto estamos dispuestos a que nos manipulen? Un brochazo por aquí, un brochazo por allá. Allá quienes lo utilicen: sus fotos no lo serán.