miércoles, 23 de septiembre de 2009

Alfar







Inés sabe apreciar muy bien los relieves. Opción pensada fue la de dejar las dos primeras fotos como incógnitas para que cada un@ hubiese decidido, con mayor o menor acierto, proponer de qué se trataba. Pero ya lo veis. Aquí no hay magia. Un charco eventual es lo que tiene, magia de los microorganismos que de él se alimentan y que dan lugar a esos grumos de barro húmedo. Parece que un@ pronuncia 'charco' y la obsesión por lo marginal y degradado aflora. Y no, disiento. Arte es lo que tiene un charco. La deconstrucción de un charco descubre el alfar diminuto. No conviene tirarse al charco como tampoco obviarlos. Que cada un@ valore esa conveniencia.