martes, 26 de mayo de 2009

Osadía





Osadía la de esta pareja de abejarucos. Coto privado de caza. Ironía la suya la de percharse en una placa que delimita la caza en los distintos términos municipales. No sabrán leer esos abejarucos; no importa pues la llamada o reclamo es lo principal. El canto surtió su efecto y yo estaba allí para verlo. Como si de un romance se tratara, en cuya placa debiera haber puesto: 'Coto privado de unión'. No pasarán estos abejarucos por la iglesia salvo que haya algún panal entre sus viejas paredes. Casarse es una opción que estos pájaros no van a llevar a cabo pero, eso sí, de no tener agua en una charca o río, agua bendita les podría valer.





LA NOVIA

Buena sea mi llegada,
buena sea pero buena.
Ramito de toronjil,
cogollo de hierba buena.

Mañana por la mañana,
te levantarás, tu reina.
Y te lavarás la cara,
con esas tus manos bellas.

Te adornarás de tus galas,
de la que tu amor te diera.
Y si no te las ha dao,
de las mejores que tengas.

Irás donde esté tu padre,
corridita de vergüenza.
Te echará la bendición,
con la vista hacia la tierra.

Irás donde esté tu madre,
de rodillas le dijeras.
Aunque me voy de su lao,
yo no le pierdo la obediencia.

Te sacarán de tu casa,
para llevarte a la iglesia.
Y antes de entrar en sagrado,
te pararás a la puerta.

Tomarás agua bendita,
con la tu mano derecha.
Irás iglesia adelante,
hasta las gradas primeras.

Y te prenderán el velo,
con tu amante a la derecha.
Todos te dirán amiga,
Dios te de fortuna buena.