domingo, 8 de febrero de 2009

Detención








La muerte es la entrada al detenimiento. Se podría pensar a la inversa, pero no. El detenerse y mirar forman parte de mí desde hace mucho tiempo. Para observar a quien mira, a quien se para, a quien lee, a quien descansa, a quien siente, a quien disiente, a quien oprime, etcétera.

Mueres y uno de los últimos lazos que te queda es el estar expuesto en una vitrina donde una pequeña foto aún parece reivindicar una instantánea de inmediatez presencial. 'Si el otro día lo vi en la pastelería', 'Sí, el que trabajaba en el restaurante Molhóbico donde comí la semana pasada'.

De la cámara se podría decir que es una enviada de la muerte al detener analógica y digitálmente tantos momentos. Morsus diaboli: mordisco del diablo. A veces sí es endiablada la cámara: detener de la muerte la vida. Otras veces es lúcida, triste, festiva, entusiasta, engreída, luchadora, surrealista. Lo que tengo claro es el estado de ánimo de la cámara y el de quien toma la fotografía. Lo detenido será vida o muerte. Depende de quién y cómo lo vea.