viernes, 23 de enero de 2009

José







Ahora ya no hay diablos que ronden por estas fotos. Ya tuvieron su labor en la primera ocasión (Ver la entrada MICROSCÓPICA). Dije que volvería y aquí estoy tras un lector llamado José. Lee por puro placer ya, lee lo que le proporciona una vecina. En este caso ha pasado a la novela romántica de Miranda Jarrett. Hubo una novela que me revolvió el cerebro, ¿cuál?, una de Hesse, ¿El lobo estepario?, ésa. Seguimos hablando, me cuenta que por problemas económicos se quedó sin empleo hace unos meses, 53 años, que lo que más desea no se lo van a quitar, una mujer, que sí, que ha nacido aquí, en el pueblo de Madrid, ¿en el pueblo?, bueno Madrid es como una reunión de pueblos, voy a un bar a tomarme un café y siempre me encuentro a los mismos. Que el bote de espárragos me lo bajó la vecina en nochevieja, la misma que me deja los libros. No bebo nada de alcohol, la gente mira raro, el otro día compre un zumo en un brik y la gente se lo quedaba mirando, ¿por qué no os acercáis y lo leéis decía yo para adentro, para que os convenzáis? Así es José, sencillo. La vecina de vez en cuando le baja fruta, el se incorpora y con una navajilla la pela y se la come como puede con sus escasos y triturados dientes. Pues la gente me mira con la navajilla y dice, porque una vez me lo dijeron, vaya, como un Marqués y yo para adentro: Jodido Marqués.

El señor de la gorra lo mira a su paso: sí, señor, está leyendo y nada más.

Me fui queriendo una foto de primer plano. No me gustan las fotos y si alguien me la quiere hacer me tapo con el libro. Le dije que de lejos le había tirado unas cuantas. Bueno, porque me las has hecho a traición y no me he enterado. Nos tomamos un café. La cámara pasó a un segundo plano, lo que debe hacer en muchas ocasiones.