martes, 13 de enero de 2009

Posarse







La sola idea de posar siempre me ha espantado. Posar yo, entendámonos. Y sobre que otros posen tengo grandes reservas. Retratar a alguien depende más de la persona que se va a exponer que del fotógrafo. Si he comenzado con la fotografía de la poetisa uruguaya Idea Vilariño es por intentar validar lo que pienso. Sin conocerla, creo que ese retrato tiene lo que debe tener uno bueno: capacidad de diálogo con quien lo mira, ve o ausculta. Siempre que lo veo me interroga.

'Idea Vilariño miraba como emboscada en el interior de sí misma, y rodeada de gente parecía tan a solas como en esa habitación que es el espacio visible o implícito de casi todos sus poemas: la habitación del insomnio, la de la soledad al mismo tiempo orgullosa y desgarrada, la del amor furioso y sobre todo la de la ausencia y la rememoración pasional y desengañada del amor, la habitación de no esperar nada y sin embargo seguir esperando unos pasos en la escalera y unos golpes en la puerta, debajo de la cual se ha encendido a deshoras la luz del descansillo.

Idea Vilariño tiene, a diferencia de quienes la rodean, una conciencia muy clara de estar posando, una actitud de mirada intensa y presencia ensimismada y letárgica que parece aprendida de Virginia Woolf o Greta Garbo o Juliette Gréco: la musa distinguida y pálida que toma de pronto las riendas de su propia vida...'

Estas palabras son del escritor Antonio Muñoz Molina en un artículo que la dedicó. Revelan para mí la principal virtud que tenía Idea de darse en un retrato.

Esa señora que sale conmigo en la foto se llama Teresa. La conocí de una manera muy especial durante las fiestas de su pueblo. Me pareció un rostro singular y me embobé mirándola antes de fotografiarla. Directamente me dijo: '¿Qué me estás pensando?' Y con toda sinceridad le dije que pretendía hacerle una foto. Se la hice, me explicó su vida, su dedicación a una churrería. Hablaba menudo. Quise una fotografía con ella y el azar quiso que tuviese la función de disparo múltiple activada y que quien disparó no tuviese mucha idea. Y al final selecciono su rostro, porque en el mío no confío. Teresa siempre tendrá acomodo en una foto. Como Idea Vilariño. No interpretan, son tal cual, con todo el alma volcada. Saben posarse.

A la ya extensa entrada dejo este poema de Idea, que bien la refleja:

YA EN DESNUDEZ TOTAL

Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.