miércoles, 26 de agosto de 2009

Sabor




Sí, aún quedan especies autóctonas de ciruelas. Si uno se informa sobre las diferentes variedades de peras que había en el pueblo de Madrid llamado La Hiruela alucina. Sí, dicho así, a-l-u-c-i-n-a. Sí, todo echado a perder. Nuestra comodidad por lo bello, por el producto enfundado, por lo no macado. Esta ciruela, ya caída en el suelo, no sólo la fotografié por su belleza y su color sino que me la comí. Bastó mirarla para saber que su interior era dulce y su gesto de entrega inmediato. Muchos de los árboles de esas especies autóctonas se están abandonando. El árbol de donde procede esta ciruela también. Muchas de ellas estaban ya maduras y reventadas en el suelo. El resto allí esperaba, en el árbol. Algún trepador me proporcionó no sólo el sabor de antes al traerme una pocas sino el sabor de ahora, el sabor del instante, el sabor lleno.



10 comentarios:

XuanRata dijo...

Levantarse por la mañana y tener a la mano un árbol con ciruelas o un árbol con piescos (unos melocotones pequeños de los que casi no quedan) o un árbol con cualquier fruto luminoso del rocío. Es aquí un lujo de abuelos que tienen nostalgia de la fruta robada de la infancia. Cuando sus nietos tengan su edad, ¿dónde encontrarán esa fruta inigualable?

Merce dijo...

La fruta? pues, directamente del arbol, la picada por los pájaros o comida por las avispas, será la mas dulce y la que tiene la madurez en su punto. Incluso aquellas piezas en donde se aprecia un agujerito que sirve de puerta de entrada a la residencia de algun pequeño gusanillo, implica que no está tradada con quimicas ni sulfatos. Yo quiero la fruta así, natural.

Bicos

Merce dijo...

Vaya... leo el comentario de Xuan y casi a puntito estuve de decirte lo mismo.

Gracias a mis abuelos tengo el privilegio de salir por la mañana, escoger arbol, escoger pieza y comermela allí mismo, fresquita de la mañana y directamente de fábrica. Algunos arboles han fallado o se han "terminado" pero hemos replantado, ciruelos, cerezos, manzanos, perales, castaños...y jamás se han tratado quimicamente, si la fruta es pequeña, pues vale, si es grande pues vale, si es poca pues vale y si es mucha se comparte :)

Tempero dijo...

Constato su sabor. Y su poder laxante.

Inés González dijo...

Cuán marvillosas esa rugosidades Sofía! contigo sé que las sorpresas están más allá de la simple vista, una cosa es la foto así de repente y otra al pinchar y agrandar la imagen, otro mundo exquicito y sugerente se abre ante mis ojos, me ha encantado esta ciruela deglutida.
Me llenan de sabor ante estos días aciagos que me persiguen, ya te contaré.
Un agran abrazo con el cariño de siempre

alfonso dijo...

… con la mirada atenta…

Si. La mejor fruta, con todos sus azúcares. Ya no encontraemos nada así en los supermercados. Hay que animarse y salir a robar fruta... o coger la del suelo.

... un beso desde CR & LMA
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ybris dijo...

Tendré que pasarme por La Hiruela, que tengo ahora tan cerca, para ver esas peras.
En cuanto a ciruelas tienes toda la razón: las caídas del árbol tienen un sabor que no se encuentra en las tratadas puestas a la venta.
La música me ha hecho reír: parece muy adecuada a las ciruelas.

Besos.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Yo es que soy más de higuera... eso de ir cogiendo higos... tiene lo suyo.
jajajajaj
Saludos

Shandy dijo...

mmmmhhhh...qué placer para los sentidos,manchega.Color,olor sabor, textura. Canela pura (como llevar a mi moreno por la cintura, que dice Patxi Andion).
Dar un mordisco a esa jugosa pulpa de miel, sentir como se deshace en la boca y evocar otro tiempo,trasladarse a paraísos perdidos...
Ay, Sofía, poco a poco nos están expulsando de ellos.Ésta sí que es la fruta prohibida.

Beixos

(Oye, rapaza,jaja, la retención del Higiénico es como la de las entradas -o salidas- a Madrid los fines de semana. Pues unas cuantas ameixas también proporcionarían un buen placer: una liberación esfinteriana que te cagas (de gusto y a gusto)

JosepMª dijo...

Sabores.
Maduros.
Cada familia teniamos dos o tres árboles de cada (variada) fruta.
No se echaba a perder ni una sola pieza. Las macadas, para las gallinas, el cerdo, los conejos o las cabras del corral.
Casi todos han desaparecido.
Olvidados por los (alejados) herederos del terruño.
O arrancados para dar paso a macrocultivos:
Fruta que se recolecta verde, porque no puede viajar madura.
La maduran en la plaza, en atmósfera (cerrada) de metano.
Toma color.
Pero es como si mordieras corcho.

Sé de una tozuda higuera, que vive en un huerto abandonado.
Cada verano/otoño le hago unas visitas.
Dulces como miel.

Os apunto una (vieja) copla de mi gente:

La figa, per a ser bona,
ha de portar tres senyals.
Colltrencada, clivellada
i picada dels pardals.

-No oso traducirla-
colltrencada = cuello/roto
clivella = raja
pardals = gorriones.