domingo, 3 de mayo de 2009

Nictálope





Me usurparon la entrada del pozo. No importa, como lechuza que soy bien me alimento, bien veo en la oscuridad. Y tiemblen los ratones que andan ensimismados en su roer. Pero por los huesecillos no paso, tragar los trago como devolverlos los devuelvo. Tranquilícense lectoras/es. Mi afición a los excrementos es la meramente derivada de una curiosidad científica o literaria, nada más. Pero en el caso que nos ocupa, la oscura croqueta no es sino una valiosa egagrópila a través de la cual podemos desentrañar lo que comió la lechuza esa noche: un ratoncillo, seguro. Pero este material que presento bajo aperitivo no es sino una regurgitación indeseable y necesaria, facultad que nos debiera ser dada para librarnos siempre de cualquier hueso que se nos atravesase. También, puestos a pedir, la facultad de ver en la noche no estaría nada de más: ajustarse esas lentillas luminosas de las rapaces nocturnas y distinguir el fervor de la claridad que anida en lo oscuro. Buen provecho.

21 comentarios:

virgi dijo...

Como muy acertadamente dices, ojalá tuviéramos la capacidad de vomitar lo indeseable, tragado sin conciencia.
Un aperitivo muy lúcido...y sin cerveza!

JosepMª dijo...

Los residuos que devuelven los animales a la Tierra (defecados o regurgitados) contienen (a menudo) semillas:
Futura vida para zonas yermas...

Inés González dijo...

Siempre me han deleitado tus "restos" dentro del frío plato de porcelana, son deliciosos esos contrastes, lo orgánico transformándose, diluyéndose o simplemente secándose, la impoluta porcelana los contiene, los detiene y los cerca. Tienes un ojo magistral Sofía y si a eso le sumo la palabra, el placer estético está completo. No debes preocuparte por las "usurpaciones" del Temperín, siempre en todo amor hay una simbiosis.
Un abrazo grande.

mirada dijo...

Sofía, una curiosidad, resulta que la especie humana después acostumbrar nuestra visión, unos cuarenta y cinco minutos en la oscuridad, empezamos a ver con muchísima más nitidez, pero eso sí, no antes de cuarenta y cinco minutos.
Por otro lado, nadie mejor que tú, para mostrarnos los acechos nocturnos. ¿Te animas?

Un besazo, guapísima.

XuanRata dijo...

al principio lo confundí con una trufa. Y ya puestos los jugos gástricos en danza no vamos a hacerle ascos a la receta. La duda es: son precisos cuchillo y tenedor o podemos echar las manos. Yo siempre prefiero lo segundo.

Hablo también en mi entrada de hoy de otras regurgitaciones, posos como ecos de un pasado tan lento y fugaz como el vuelo de una lechuza.

Tomás Beldad dijo...

Será posible que por fin encontré un blog que entiende la fotografía como un arte con el concepto por encima de la estética. Creo que sí, en días venideros lo comprobaré.
Saludos

Shandy dijo...

Sobre las lechuzas hay variadas leyendas. En unas se muestran como pájaros de mal agüero que anuncian la muerte. También que rondan los capanarios de las iglesias, entran a través de sus ventanas ojivales, se alimentan del aceite de las lámparas sagradas y arropándose en sus alas se convienten en brujas. Pero en otras se muestran como el símbolo de sabiduría (Atenea)precisamente por se "Nictálopes", relacionándose su capacidad de ver en la oscuridad con la de atisbar lo que otros no ven.
Bueno, seré condescendiente contigo. A ti te veo una Lechuza de las últimas, sobre todo por tu curiosidad acechante, por mostrarnos lo que anida en lo oscuro y por la delicadeza de servirnos una E-ga-gró-pila en plato tan decorado. Cierto que en la primera foto parece un bocado exquisito, aunque luego tus dedillos han escarbado sacando a a luz el ratón triturado. Curioso.

E-ga-gró-pila... que esfuerzo! Casi me vuelvo gangosa al pronunciar la palabreja.

manolotel dijo...

Hay un libro que se llama Redoble por Rancas (una maravilla de libro, por cierto) donde uno de los protagonistas es el Nictálope. En este caso el título que me ha llamado la atención va acompañado de una sorpresa gastronómica que al final es lo contrario, o más bien, lo complementario. Leyéndote rememoro (e imito mentalmente) al gran Felix Rodriguez de la Fuente, solo que en este caso de una forma un tanto más poética.

Ahora que está de moda la cocina española no estaría de más que Ferran Adriá se diera una vuelta por esta entrada tuya. Igual se le ocurría algun nuevo plato deconstruido :-)

Un besote amiga.

haideé dijo...

Bueno, para alimentar a las crias también se regurgita.
Me encantan las lechuzas y congeneres, de hecho, el buho es mi ave preferida. Cuando viví en el campo de modo continuo, en una cuadra cercana, pero abandonada, se cobijó una lechuza, fue por sus egagrópilas que supe de ella.
En cuanto a lo demás, no es bueno alimentar resentimientos (así pienso yo), las rapaces nocturnas son silenciosas pero no dañinas, viven y no siempre consiguen su alimento,la posible víctima es más rápida en ese momento, pues ellas también ven en la oscuridad. Nosotros también somos capaces de ver en la oscuridad (ahora mismo pienso en lo sonámbulos, caminan con los ojos abiertos), unos más que otros.
Un abrazo

Ventana indiscreta dijo...

Virgi:

Lo más apropiado, sin duda, sería evitar lo indeseable o afrontarlo. Eso sí, sin olvidar la capacidad de regurgitación.

Besos de anea.

Ventana indiscreta dijo...

Josep Mª:

Cierto, pero bien sabes que se llama yerma a una zona por su escasez de vegetación pero que sorprenden en años de abundantes lluvias. Donde sí hay zonas yermas es donde entran las excavadoras y las hormigoneras regurgitan su cemento.

¿Cómo va el calor por ahí? Sabes que a mi marido y a mí nos fascinan los olivares. Por las fotos del google veo muchos árboles por Vinebre. ¿Son arbequinos o diversos frutales?

Un besazo compañero.

Ventana indiscreta dijo...

Inés:

Sabés que soy provocadora pero, por qué no presentar una egagrópila en un plato? Es de lo más aséptica que te puedas imaginar y no impregna nada las manos. Gozo con tus gustos, Inés. Y ya sabes, sólo tienes que pedir por esa boquita.

Besos de papel.

Ventana indiscreta dijo...

Mirada:

Aún no he estado 45 minutos a oscuras. Tiempo tendré y más. ¡Y claro que me animo! Pero por supuesto no te acecharía, te vería como lo que eres, alguien extraordinaria.

Bicos.

Ventana indiscreta dijo...

XuanRata:

Sin duda en echar la mano nos parecemos. Y el vino si quieres en bota.

Besos.

Ventana indiscreta dijo...

Thomas:

Imagino que eres de por Daimiel, zona que visité muchas veces. No se si por fin has encontrado lo que dices pero tengo claro que por encima de la estética de la foto está el concepto, su diálogo, su intrusión en el ojo.

Ah, y por supuesto puedes seguir comprobando. Pasé por tus cuadernos y pienso que los podías unir, al fin y al cabo es un todo continuo.

Abrazos.

Ventana indiscreta dijo...

Shandy:

En mi tierra también se le dice a una persona 'lechuza' cuando sólo le gusta unas cosas muy concretas, de comer, me refiero. Si robase aceite se me enfadaría el Tempero así que seguiré dirigiéndome tanto a la claridad como a la oscuridad para acechar lo imprevisible. Esperando a que tu afección nasal se te pase para que egagrópila sea una deliciosa palabra como 'meiga', como 'carballo', como 'soño'.

Un beso de rata.

Ventana indiscreta dijo...

Manolotel:

Curioseé y tomé nota de Manuel Scorza. Ni sabía de su existencia.

Con Félix Rodríguez de la Fuente se aprendió mucho. Era máxima audiencia porque no había otra cosa ni National Geografic. Pero cuando vuelvo a ver algunos de esos programas aprecio la enorme labor y su empeño por la naturaleza. Fue un hito.

Ferrán tiene su concepto de cocina. Pero me niego a pagar un dineral y a que el gasto energético para hacer un plato sea elevadísimo. Pero le entiendo: cocina como auténtico arte.

Besotes.

Ventana indiscreta dijo...

Haideé:

Te remito a la contestación que he dado a Virgi. Estoy de acuerdo contigo. Seguiremos viéndonos, creo que por la naturaleza tenemos un amor común.

Un abrazo.

Merce dijo...

Me ratifico en lo dicho, y ademas puntualizo, eres grande, franca, natural, directa :)

Yo imaginaba algo comestible jajaja una buena leccion y además con moraleja.

Requetebatibiquiños

ybris dijo...

Ver lo que se deja para saber lo que se aprovecha.
Buen modo de observar y aprender.
Muchas son las veces que he intentado mostrar a mis alumnos el mundo secreto de regurgitaciones y deposiciones para que aprendieran lo que tan bien resaltas: el ciclo necesario de la vida sobre el ciclo necesario de la muerte.

Besos.

Tomás Rivero dijo...

Me han encantado tus egagrópilas en ese plato pulcro. Perfecto. Crea un clima entre surreal y mágico.

Me ha gustado mucho, provocadora.