miércoles, 28 de enero de 2009

Incertidumbre



Olor entregado sin merma alguna,
sin vencimiento en toda la memoria.

Por unos días os dejo con este bodegón de membrillos. Mientras los tuve en casa elevaron su olor tan delicado como intenso. Hasta que se marchitaron. Antonino es dueño de la huerta donde está el membrillo de donde los recogí. Un árbol enmarañado, entregado ya hace años al abandono. También la huerta dejó de cultivarse. No canso de ver en mis paseos por el campo toda clase de árboles y frutales ya sin mimo alguno. Lo que antes abastecía a una familia de fruta y frutos secos hoy ya no se atiende, no se quiere. Aspectos como la nula dedicación y rentabilidad entran como fulminantes en la incertidumbre de esos árboles que dieron. Sólo digo incertidumbre. Mientras, tan naturales como los cogí los presento. Olerlos cuanto queráis y como queráis. La fotografía de hoy tiene ese límite. Cosa distinta la evocación a quienes ya los hayan olido alguna vez.

lunes, 26 de enero de 2009

Dilecta




Aún queda mucho para esos días polvorientos de verano. He de confesaros que la primera foto es una de mis dilectas. No sólo por el día que la tomé, un quince de agosto a las nueve de la mañana, fiesta en toda nuestra geografía, en la que suele haber a esas horas una parálisis general, sino por la serenidad que me transmite: el andar de los perros y su mirada avanzan con sencillez y bondad. El rebaño no se aturde y el pastor no se inmuta. Son de esas fotos que asumen en mí una cadencia lenta, ese estar a gusto.
He traído estas fotos por la referencia que un periódico hizo el otro día sobre las profesiones más demandadas: la de pastor, sobre todo en Castilla la Mancha. También se aludía a las profesiones más cotizadas. Probablemente con la estabulación todas estas imágenes sean ya sólo éso, imágenes. Y que palabras como garrote y morral nos abandonen.

domingo, 25 de enero de 2009

Enmudecer



Arder, mas la aventura de la muerte,
¡qué otra cosa podría llegar a ser!



Sí, arder y luego arraigar la ironía. Ahí queda la chimenea, gestionándose como una atalaya. Humo que no ha de volver. El esqueleto de una casa quemada es de una voz tan metida que hiere. Ya nadie vive, ya nadie se calienta, ya nadie cocina. La cámara enmudece, tu enmudeces, el disparo se ralentiza.

viernes, 23 de enero de 2009

José







Ahora ya no hay diablos que ronden por estas fotos. Ya tuvieron su labor en la primera ocasión (Ver la entrada MICROSCÓPICA). Dije que volvería y aquí estoy tras un lector llamado José. Lee por puro placer ya, lee lo que le proporciona una vecina. En este caso ha pasado a la novela romántica de Miranda Jarrett. Hubo una novela que me revolvió el cerebro, ¿cuál?, una de Hesse, ¿El lobo estepario?, ésa. Seguimos hablando, me cuenta que por problemas económicos se quedó sin empleo hace unos meses, 53 años, que lo que más desea no se lo van a quitar, una mujer, que sí, que ha nacido aquí, en el pueblo de Madrid, ¿en el pueblo?, bueno Madrid es como una reunión de pueblos, voy a un bar a tomarme un café y siempre me encuentro a los mismos. Que el bote de espárragos me lo bajó la vecina en nochevieja, la misma que me deja los libros. No bebo nada de alcohol, la gente mira raro, el otro día compre un zumo en un brik y la gente se lo quedaba mirando, ¿por qué no os acercáis y lo leéis decía yo para adentro, para que os convenzáis? Así es José, sencillo. La vecina de vez en cuando le baja fruta, el se incorpora y con una navajilla la pela y se la come como puede con sus escasos y triturados dientes. Pues la gente me mira con la navajilla y dice, porque una vez me lo dijeron, vaya, como un Marqués y yo para adentro: Jodido Marqués.

El señor de la gorra lo mira a su paso: sí, señor, está leyendo y nada más.

Me fui queriendo una foto de primer plano. No me gustan las fotos y si alguien me la quiere hacer me tapo con el libro. Le dije que de lejos le había tirado unas cuantas. Bueno, porque me las has hecho a traición y no me he enterado. Nos tomamos un café. La cámara pasó a un segundo plano, lo que debe hacer en muchas ocasiones.

jueves, 22 de enero de 2009

Inquietud




'¿Qué son los derechos del hombre y las libertades del mundo sino peces libres? ¿Qué son todas las ideas y opiniones sino peces libres? ¿Qué es en ellos el principio de la creencia religiosa sino un pez libre? Para los ostentosos contrabandistas palabreros, ¡qué son los pensamientos de los pensadores sino peces sueltos? ¿Qué es la gran esfera misma sino un pez libre? ¿Y qué eres tú, lector, sino un pez libre y también un pez sujeto?

Moby Dick / Herman Melville / Capítulo LXXXIX

'El deseo instintivo de perderse
por una suprema interrogación,
el creativo impulso de saber
qué existe al otro lado del telón.'

Cartas desde el infierno / Ramón Sampedro / Extracto de su poema 'El regreso'

No es un corte transversal del cerebro la primera foto. Es un simple detalle de una roca junto a la playa recogida en la segunda foto. La playa de 'As Furnas'. Veo esa roca con su proa hacia la arena. Como una proa son también esas cartas desde el infierno que escribiera Ramón Sampedro, a raíz de encallarse en la arena de esa misma playa. Para el suicidio están los peces libres. Quise acercarme a este lugar ya no para ver el mar y sus hermosas rocas sino para sentir el lugar que fingió ser amable a alguien que lo conocía tan bien como Ramón. Si se lee a Ramón y se le oye, si se le oyó, ese lugar provoca inquietud. Puede que una de las facultades de la fotografía sea la de la conmoción. Con matices similares, prefiero que una foto me inquiete.

martes, 20 de enero de 2009

Alada



Celui dont les pensers, comme des alouettes,
Vers les cieux le matin prennent un libre essor,
-Quin plane sur la vie et comprend sans effort
Le langage des fleurs et des choses muettes!

Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
levantan hacia el cielo matutino su vuelo
-¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
la lengua de las flores y de las cosas mudas!

Fragmento de 'Élévation'
De Charles Baudelaire, Las flores del mal
Traducción Antonio Martínez Sarrión




Estaré quieta sujetando a los cormoranes.
Quizá ellos me eleven y me extiendan.
Podré entonces demorarme y ver todo desde arriba.
Querría ser ave, albatros o jilguero, alondra, o cualquiera.
Mi gesto estaría relleno de aire.



I am a bird girl
I am a bird girl
I am a bird girl
I am a bird girl now

I've got my heart
Here in my hands
I've got my heart
Here in my hands now

I've been searching
For my wings
I've been searching
For my wings some time

I'm gonna be born
I'm gonna be born
Into soon the sky
I'm gonna be born
Into soon the sky

'Cause I'm a bird girl
And the bird girls go to heaven
I'm a bird girl
And the bird girls can fly
Oooh Bird girls can fly
Bird girls can fly
Bird girls can fly

domingo, 18 de enero de 2009

Non credea




Sobre una fértil historia de amor que pasó no me gusta volver, pero vuelvo, en su más estricto sentido fotográfico. La primera foto es del día dos de noviembre de dos mil siete, la segunda, del dos de mayo de dos mil ocho. Seis meses transcurren de una foto a otra. La del barbecho fue la que él me mandó. Te mando esa foto, me dijo, es de mi pueblo, Castillejo Sierra, Cuenca. No me dijo más sobre el lugar. Le prometí que no nos veríamos hasta que yo no fuese a fotografiar el mismo lugar hasta la primavera. Un pueblo pequeño ese de Cuenca, mínimo pero bello. Observé su foto y me dí cuenta de detalles evidentes como las hojas de chopo en el primer plano con lo que deduje que había un regato junto al lugar desde donde se había tirado la foto. Luego, casar el lugar fue sencillo a través del programa de google earth. Pues allí que fui, transcurridos seis meses, y desde lo alto del pueblo vi bien el lugar y la forma. Llevaba su fotografía en la memoria. Y llevaba también la multitud de cartas que nos arrastraban día tras día a través de la red, red, ésta por la que nos leemos y la pasional. No tuve que hacer muchas fotos, me sabía el lugar de memoria. Cuando yo se la mostré, nos acabamos viendo, en un bar, un sólo día, escasamente media hora, le entregué un libro de Jacobo Cortines como regalo, un libro titulado 'Consolaciones' donde la relevancia del campo es el tema principal. Ya no nos volvimos a ver. Había cerrado el puzzle con esa foto mía y con ella una etapa que volvería a reivindicar.

Durante esa etapa, Cecilia Bártoli nos acompaño gratamente.



AMINA
Ah! non credea mirarti
Sì presto estinto, o fiore;
Passasti al par d'amore,
Che un giorno sol durò.
Che un giorno sol, ah sol durò.

(Piange sui fiori.)

ELVINO
Io più non reggo...

AMINA
Passasti al par d'amore...

ELVINO
...Più non reggo a tanto duolo.

AMINA
...Che un giorno, che un giorno sol durò.
Potria novel vigore
Il pianto mio recarti...
Ma ravvivar l'amore
Il pianto mio, ah no, no non può.
Ah non credea, ...
Passasti al par d'amor, ecc.

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AMINA
¡Ah! No creí que tan pronto
secas os vería, oh flores:
os marchitasteis como el amor,
que un solo día duró.
que un solo día, ¡ah! Uno sólo duró.

(Llora sobre las flores)

ELVINO
No puedo soportar...

AMINA
Os marchitasteis como el amor...

ELVINO
...no puedo soportar tanto dolor.

AMINA
... que un día, un solo día duró.
Podría nueva vida
concedernos mi llanto,
mas reavivar el amor
mi llanto ¡ah! no puede, no.
¡Ah! No creía...
Os marchitasteis como el amor, etc.

viernes, 16 de enero de 2009

Inventario




Juan Farias, excelente poeta del tiempo, de la mar, de las personas, del recuerdo, tiene publicados muchos libros infantiles. Muchos buenos libros, sin edades, para todos los que amen el buen hacer. En uno de ellos, 'Gallego a la orilla del mar', dice sobre lo vecinos de la aldea:

'Cada vecino tenía una vaca o dos, todos criaban un cerdo para la matanza y tenían gallinas. Según el viento, la aldea olía a mar o a establo.'

Desde niña he visto este acontecimiento de la matanza como algo acogedor. Sí, sé que matan a un cerdo, que lo retienen, que chilla y que muere. Las matanzas se hacían con mimo, todo el mundo colaboraba, era un festín, gastronómico y de unión. Pero las matanzas están llegando a su fin. Envejecimiento de quienes la llevaban a cabo, ya no se crían esos cerdos, hasta se denuestan sus grasas. Por eso he querido presentar esta secuencia de, probablemente, una de las últimas matanzas que presenciaré. Para mí esta sangre es como si fuera el inventario de un hacer, de unas gentes que las he ido viendo hacerse cada vez con más edad, de un momento que llenaba la ilusión de las fechas invernales. Lo siento, pero la cámara, cuando disparaba, presentía una parálisis. Se la estaba transfiriendo yo.

jueves, 15 de enero de 2009

Zigzag

Viernes 09/01/09, 09 horas.


Sábado 10/01/09, 11 horas.


Domingo 11/01/09, 17 horas.


Martes 13/01/09, 12 horas, APOTEOSIS.



Cinco días han transcurrido desde la primera imagen a la última. Es la vista que tengo desde mi ventana. No puedo quejarme y sí preguntarme tomando como metáfora una de las partes de las fotos: ¿nos gusta caminar en zigzag, preferimos la pendiente y lanzarnos, nuestra alegría también es en zigzag? ¿Zigzag ascendente o descendente? Zigzag para subir de una manera cómoda a esos cerros desde los que se divisa todo Madrid. Me atrapa esa forma de ascender muy utilizada en la montaña cuando los desniveles son muy elevados. Alegre sí estoy por esta entrada de la nieve en la capital, ante todo la apoteosis del martes. Ya la alegría mengua cuando una abre la ventana al mundo. ¿Pesimismo? Probablemente.

martes, 13 de enero de 2009

Posarse







La sola idea de posar siempre me ha espantado. Posar yo, entendámonos. Y sobre que otros posen tengo grandes reservas. Retratar a alguien depende más de la persona que se va a exponer que del fotógrafo. Si he comenzado con la fotografía de la poetisa uruguaya Idea Vilariño es por intentar validar lo que pienso. Sin conocerla, creo que ese retrato tiene lo que debe tener uno bueno: capacidad de diálogo con quien lo mira, ve o ausculta. Siempre que lo veo me interroga.

'Idea Vilariño miraba como emboscada en el interior de sí misma, y rodeada de gente parecía tan a solas como en esa habitación que es el espacio visible o implícito de casi todos sus poemas: la habitación del insomnio, la de la soledad al mismo tiempo orgullosa y desgarrada, la del amor furioso y sobre todo la de la ausencia y la rememoración pasional y desengañada del amor, la habitación de no esperar nada y sin embargo seguir esperando unos pasos en la escalera y unos golpes en la puerta, debajo de la cual se ha encendido a deshoras la luz del descansillo.

Idea Vilariño tiene, a diferencia de quienes la rodean, una conciencia muy clara de estar posando, una actitud de mirada intensa y presencia ensimismada y letárgica que parece aprendida de Virginia Woolf o Greta Garbo o Juliette Gréco: la musa distinguida y pálida que toma de pronto las riendas de su propia vida...'

Estas palabras son del escritor Antonio Muñoz Molina en un artículo que la dedicó. Revelan para mí la principal virtud que tenía Idea de darse en un retrato.

Esa señora que sale conmigo en la foto se llama Teresa. La conocí de una manera muy especial durante las fiestas de su pueblo. Me pareció un rostro singular y me embobé mirándola antes de fotografiarla. Directamente me dijo: '¿Qué me estás pensando?' Y con toda sinceridad le dije que pretendía hacerle una foto. Se la hice, me explicó su vida, su dedicación a una churrería. Hablaba menudo. Quise una fotografía con ella y el azar quiso que tuviese la función de disparo múltiple activada y que quien disparó no tuviese mucha idea. Y al final selecciono su rostro, porque en el mío no confío. Teresa siempre tendrá acomodo en una foto. Como Idea Vilariño. No interpretan, son tal cual, con todo el alma volcada. Saben posarse.

A la ya extensa entrada dejo este poema de Idea, que bien la refleja:

YA EN DESNUDEZ TOTAL

Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.

lunes, 12 de enero de 2009

Retorno



Ahora sí asoma la tierra su pentagrama. Han pasado tres días y la generosidad de la nieve aún perdura. Tirada a la misma hora la foto. Ya se oían los coches de la autovía de Valencia de fondo, ese viaje inevitable del ruido. Los pájaros también derivaban en canto; la nieve les había ocultado su sustento y ya lo tenían al descubierto. También miraba por la cámara con cierto descontento. Pero estaba satisfecha. Llegarme a abrumar el silencio y retornar a la cotidianidad. No sé si con el retorno nos remansamos o bien digerimos la pérdida del momento exclusivo, o las dos cosas.

domingo, 11 de enero de 2009

Audición



Nieva y es un acontecimiento. Nieva en la capital y es un suceso. Pero si nieva reconozco que abro camino hacia ella. La tengo a ambos lados de la carretera. Voy camino de Arganda, camino de sus campos ocultos que aún dan vides y olivos. Todo es nieve y baja temperatura. Hablamos de silencio cuando estamos en el campo, máxime si está nevado. Y así creo en su predominio, pero la audición del mismo requiere pararse y mirar alrededor y por qué no decir, la blancura que hoy me convoca es altamente recomendable. Y llevas los ojos llenos de la avalancha de ese blanco purísimo sobre el que tú has iniciado la pisada. La cámara será quién capte la imagen, tú luego le añadirás el silencio.

viernes, 9 de enero de 2009

Peripecia



Alguna vez atraviesas umbrías en la sierra donde el musgo todo lo abraza. Pisas sobre él, como sin querer, y notas la delicada absorción en cada uno de tus pasos. Casi hasta notas herirlo y por éso lo sorteas. Otras veces te lo encuentras entre zonas donde el debate con la luz es mayor, el musgo es otra variedad, más abierto, más volteante, más hacia ti. Pero siempre el musgo será una peripecia estelar en la sombra.
He pretendido captar esa delicadeza con la cámara que, me atrevería a decir casi comestible. Entre tanta blancura que hoy nos ha acometido destaco el brío de ese verde hoy amorosamente cubierto.

jueves, 8 de enero de 2009

Inversión



No es que el invierno atenace el color, al contrario, lo espera. Invierno invierte. Su dedicación por excelencia es la nieve, por ello resalta más esta estación que repara en el frío.La breve pradera morada ahora es nieve serena. Vendrá junio y alzará ya del todo hasta extinguirse. El color entonces remonta, levanta y, por qué no, refresca. Un finísimo morado es ése, captado en alto del valle de Iruelas. Como si de caudales fotográficos de tratara, la cámara los capta y los invierte a lo largo del tiempo. Es ahora cuando he decidido hacer el reintegro: vuelve a estar todo el encuentro que protagonicé y que sentí: levedad al ver y tocar la vegetación con el dorso de las manos. Vuelve con el mismo porcentaje de entusiasmo, lo cual es garantía de buena inversión.

lunes, 5 de enero de 2009

Microscópica










'Levanté la cámara, fingí estudiar un enfoque que no los incluía, y me quedé al acecho, seguro de que atraparía por fin el gesto revelador, la expresión que todo lo resume, la vida que el movimiento acompasa pero que una imagen rígida destruye al seccionar el tiempo, si no elegimos la imperceptible fracción esencial. No tuve que esperar mucho.'

Las babas de diablo, Julio Cortázar. (La negrita es mía)

No tuve necesidad de ir al estudio a revelar las fotos para darme cuenta que el libro que estaba leyendo el hombre de la foto era 'El diablo de la botella y otros cuentos' de R. L. Stevenson, pero sí que tuve que ampliarlas para advertir que lo que creí en un momento una botella de vodka no era sino un bote de espárragos, marca Lodosa y de denominación de origen. Sobre las bolsas podemos apreciar el origen, no su contenido. Quiéralo o no, el diablo tuvo que ver en esta secuencia. Cuando paseaba junto al Teatro Real y vi al hombre leyendo me dije: 'en esas condiciones y leer'. Pues sí, me senté en unas mesas de una terraza para sujetar la cámara y fotografiarlo. Y pasaba las páginas, y le vi con los ojos abiertos. A ver, Sofía, 'en esas condiciones y leer', pero tú que sabes de sus condiciones, por estar tumbado y apreciar lo que creíste una botella ya piensas que es un borracho tirado y que no puede leer, que sepas que aún borracho podría leer. Tienes razón, pero me vas a arremeter otra vez pues pensé, 'pero qué libro estará leyendo', yendo mi mente hacia alguna morralla comercial. A ver, Sofía, tú crees que un libro de ésos que tú piensas merecería estar tirado en la calle, son libros señoritos ésos. ¡Stevenson! 'El diablo de la botella y otros cuentos! Sofía, Sofía, mira más y piensa menos. Ya en casa recordé esa hermosa película de Michelangelo Antonioni titulada 'Blow up' donde su protagonista Thomas, fotógrafo profesional, descubre un asesinato tras revelar y ampliar unas fotos que había tirado en un parque londinense. Pero ya dije que el diablo andaba en esta secuencia del hombre leyendo. La película de Antonioni está basada en un magistral cuento de Julio Cortázar llamado 'Las babas del diablo'. ¿Lo veis, el diablo? La cámara de fotos, amig@s, se comporta a veces como un microscopio de precisión para analizar cada detalle, cada letra escrita, cada movimiento imperceptible que tú ni sabías que estaba ahí. Vista así, cada foto es como si entrase en un laboratorio de biología donde cada gránulo digital es un ser vivo.

Reconozco que esta fotografía ha sido para mí como un regalo con algo pendiente: no me conformaré con la foto y cuando pueda y no distraiga la nueva lectura del hombre iré a hablar con él. La 'almohada' sobre la que estaba recostado no era una almohada normal. Pero sobre eso no quiero ni pensar.

Os dejo como regalo este cuento de Cortázar de imprescindible lectura, más si quien lo lee es amante de la fotografía:
http://www.juliocortazar.com.ar/cuentos/babas.htm

Y otro regalo imprescindible es el cuento de Stevenson cuyo enlace también dejo:
http://es.wikisource.org/wiki/El_diablo_de_la_botella

Mejor leerlo en papel, por lo de la calma, la vista.
P.D. Yo haría lo que el contramaestre del cuento de Stevenson, no vendería ya la botella.

domingo, 4 de enero de 2009

Decisivo





Volvemos a la fruta, pero esta vez sin el original. De tenerlo lo hubiera colocado en punto, sobre las doce horarias. ¿No abastecemos nuestros deseos a partir de las doce de la noche del último día del año? Aquí, la fotografía, no ha dejado de ser un mero medio de presentar una pera totalmente desfigurada a base de perder su agua. No entrego una secuencia, aunque haya ordenado las tres fotos en sentido horario. Donde quiero incidir es en el arte como azar decisivo. Vista así la pera, ¿quién no piensa que se trata de cuero repujado? La foto es este caso hace de lata de conserva de lo que una imagen puede evocar. El contenido ya desapareció.

viernes, 2 de enero de 2009

Helicoidal




Fin de año y año nuevo, o año reiterado, dan para muchas secuencias. Una que no falla es la del emplead@ municipal barriendo parte de lo que somos.
Iba a hacer un soneto al confeti, pero dejémoslo sólo en el primer cuarteto y en el primer verso del último terceto. Vaga estoy y no continúo no por no querer sino por haber dado por resuelto mi pensar. Ánimo, y que otros sigan.

CONFETI

Confeti, ya del año eres ausencia
y acabas yendo, fiel, a la basura.
Helicoidal, lógica es tu premura
de bajar y ser sencilla secuencia.

...
...
...
...

...
...
...

Como leve es tu paso por el aire
...
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jueves, 1 de enero de 2009

Opciones



La única opción del tiempo es no parar y de ahí su jugo. Y su juego. Acabadas ya las uvas y sus delirios nos queda la razonable espera. Y llegará. Sabemos que la tierra siempre derrama su fruto, cultivado o no. Será el calor quién nos derive hacia un bocado pacífico, hacia esa sandía balompédica. Saldremos a demorarnos entre el agua cuando la sombra sea el aguante del sol. Será de agradecer cualquier brisa que desmonte su tenderete para avanzar. Y el sol será fuego preciso a mediodía. Llegará. Mientras, agradeceremos la lluvia y el gesticular constante de los ríos.