viernes, 5 de diciembre de 2008

Indiferencia




Sales como muchos días a la calle. Esa mesa estaba llena de gente bebiendo. No llevaba la cámara en ese momento. Tuve que volver a casa a por ella. Cuando volví quedaban dos. Cuando observo situaciones de calle necesito algo de camuflaje, lo más cerca posible del hecho. No quiero que modifiquen la conducta ante mi presencia, de lo contrario, la imagen ya entraría modificada y, para mí, no tendría valor alguno. O sea, que no la haría. Y desde la valla que se aprecia tiré la primera foto desenfocando a los bebedores. Cuando iba a tirar la segunda, apareció ese niño con su camiseta de spiderman y se acercó junto a la mesa. Grito de terror de la madre: 'No vayas para allá, Jorge'. El niño ya estaba 'allá' y no hubo ninguna alteración. Miraba al suelo y, los bebedores, no miraban. Se marchó Jorge, ellos siguieron evocándome al cuadro del Bebedor de Cézanne.



Y así terminé: entre unos matorrales frente al único que quedaba tras quince minutos.
Martini Bianco.