domingo, 23 de noviembre de 2008

Corpóreo



Resistencia al abandono. Hay lugares que te hacen a ti un guiño antes de que tú se lo hagas a ellos. Aquí no hay agua. Qué decir de un pozo ya sin agua. Qué sencillez su comprobación: una mínima piedra y una escucha. Un golpe seco, nada. Un golpe húmedo, posibilidad. Ni siquiera un cubo, una soga, nada, y toda esa hierba, esa forma de tapar su brocal. Creo que ese pozo tan corpóreo, como en jarras me miró antes a mí y me dijo: ¿Y los culpables?