viernes, 19 de diciembre de 2008

Envidia





Siento envidia por ese árbol. Cada año es el primero en mostrarse así, con ese amarillo veloz, como a mí me gusta llamarlo. Amarillo que arranca de verde y concluye en ocres. Se acaba el otoño y ya estamos llenos de nieve. Y yo he querido traer aquí a mi árbol como estaba a principios de octubre. Lo traigo con un poema ceñido.

Poema ceñido a un árbol

Afluente sabio, no impostor, alcanzas
un periodo tan dichoso, tan mimbre,
envergadura y caudal de tu timbre,
que ojos, de ese amarillo, gozan lanzas.

Parada, te miro y te me avalanzas
como fuego que tú eres, todo lumbre
en color acechante, todo urdimbre,
escogiendo de ti todas las danzas.

Es un pulso a la luz, un hondo riego
dispuesto a voltear toda afonía,
síntoma claro de pasar por ciego.

Sé amplio, duradero, pura anarquía,
a todas voces, procura sosiego,
nada prives al color, amnistía.

8 comentarios:

Araceli Merino dijo...

Preciosa evocación y preciosas fotografias. El otoño siempre conlleva algo intenso, contemplativo, interior y silencioso a la vez. Tu foto y tu texto son un ejemplo. Bonita despedida de otoño.

Paco dijo...

excelente... precioas ftografias y texto, ojala ese arbol siga siempre ahí.

saludos

nachocarreras dijo...

Varios días sin venir y me encuentro un montón de fotos y...
Bueno que sino enrollo mucho.
¡Feliz Navidad!

Merce dijo...

Los colores de tu arbol alegran mis ojos, soy una apasionada de los ocres, los marrones... y con esa luz que le pones a tus fotos, resulta un arbol realmente sorprendente. Preciosas fotografias!

Biquiños

ybris dijo...

Árbol otoñal tan sugerente.
Cómo llega a llenar nuestras ventanas de octubre.

Besos.

calata dijo...

bonitas fotos y precioso árbol, saludos y felices fiestas

Anónimo dijo...

¡cómo me gusta volverte a leer!
Gracias Sofía.

Anónimo dijo...

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