jueves, 25 de diciembre de 2008

Alabanza




Donde hubo fuego ahora hay una construcción que mide la distancia de todo el humo comprimido. Chimenea, nido y pararrayos. El fuego ya no vive, el vuelo se alza.
¿Cuándo calcula un ave que el humo cesa y que la base es suya? Vida, como tapón de fuego. ¡Genial!, alabo este encuentro saturado de altura y lo fotografío. Siento arquitectura, siento la tormenta desviada. Queda la foto como un aporte mínimo; la grandeza sería estar frente a esa chimenea, atizar a los ojos y revolver los significados.

6 comentarios:

Araceli Merino dijo...

Fantástico descubrimiento ese rincón, esa chimenea tan particular, que nos invita a compartir tu lectura semiótica una vez más. La vida que tuerce el trueno y cubre la destrucción!
Que mejor mensaje para estos dias.

Anónimo dijo...

nice picture

Anónimo dijo...

Nidito de amor que apunta alto
Un abrazo y Feliz Año Nuevo

Anónimo dijo...

La valentía trae el nacimiento, alabar la vida con estas dos fotografías es tan real como la necesidad de las cigüeñas de nacer en las alturas, protegidas de la mano del hombre.
Extraordinario lo que nos ofreces gracias a tu sentido del estar en esta vida. Muchas gracias.

jg riobò dijo...

Cayó la antena anti rayo, el peligro acecha.

Anónimo dijo...

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